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Ikonikus

Jugar con las emociones nunca ha sido tan divertido.

Así se presenta Ikonikus, un juego creado por Manu Palau y que nos trae la editorial BrainPicnic junto con Zacatrus.

Ficha

  • Número de jugadores: 3 a 10
  • Edad Mínima: 7 años
  • Duración: 15 minutos
  • Interacción: Competitivo
  • Mecánicas: Card Game, Humor, Party Game
  • Versiones: No
  • Expansiones: No
  • Editor: Brain Picnic y Zacatrus
  • Año de publicación: 2013
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¿Cuál es su contenido?

  • 120 cartas
  • 100 preguntas de ejemplo
  • 1 reglamento

¿De qué trata?

Estamos ante un juego de mesa de cartas cuadradas en las que tendremos un icono dentro de un corazón y las utilizaremos para expresar lo que sentimos sin palabras.

Durante cada turno lanzaremos una pregunta sobre como nos sentiríamos en una situación concreta y tendremos que responder con una carta para que el jugador en turno elija con la que más se identifica.

¿Cómo se juega?

Preparación

Empezaremos mezclando las cartas y repartiendo 5 a cada jugador, que podrán ver pero sin enseñárselas a los demás. Dejaremos el resto de cartas en un mazo bocabajo y podremos empezar.

Desarrollo

En el turno de cada jugador deberemos empezar lanzando una pregunta al aire que empiece con «¿Cómo me sentiría…?» planteando situaciones que pueden ser reales o inventadas.

Podemos tratar cualquier tema que se nos ocurra y también encontraremos dentro del juego 100 preguntas de ejemplo de entre las que podremos elegir.

El resto de jugadores escogerá de entre sus cartas la que cree que mejor se adapta a la situación planteada. La deberemos dejar en la mesa bocabajo y se mezclarán para que el jugador en turno no sepa de quién es cada una.

Será el jugador que ha lanzado la pregunta el que les dará la vuelta e irá interpretando a su manera lo que los demás han respondido. Escogerá una de ellas y tiene que ser la que crea que representa mejor su emoción en esa situación planteada. El jugador que puso esa carta sobre la mesa, la ganará para que le cuente como un punto de victoria.

El resto de jugadores, menos el que lanzó la pregunta, cogerán una nueva carta del mazo y empezaremos un nuevo turno, siendo el que pregunta la persona de la izquierda del que preguntó durante el turno anterior.

Fin de la partida

La partida terminará una vez un jugador haya conseguido ganar 3 cartas, por lo que tendrá 3 puntos, y será el ganador.

¿Cuál es nuestra valoración?

Ikonikus es el juego de las emociones, un juego en el que, a través de simpáticas cartas con símbolos encerrados en corazones, expresaremos lo que sentiríamos ante determinadas situaciones que el jugador en turno lanzará hacia el grupo.

Además, está de celebración ya que cumple 10 años desde su lanzamiento ¡Felicidades!

El formato actual del juego viene en una caja con forma de cubo cuyas aristas son de color rojo, el fondo de las caras blanco y en cada una de esas caras tenemos un corazón con un símbolo en tinta negra en su interior.

El exterior de la caja se asemeja mucho a lo que encontraremos en su interior: 120 cartas cuadradas que siguen el mismo diseño que vimos en la caja. A pesar de ser cuadradas, son muy manejables, sencillas pero cargadas de significado. Su reverso es rojo con el corazón de fondo blanco y el nombre del juego escrito en el centro.

Como no tiene texto en sus componentes, es un juego sin dependencia del idioma.

Si pasamos ya a hablar de su modo de juego y el desarrollo de las partidas, vemos que es un juego tremendamente sencillo y que es muy fácil de entender para poder ponernos a disfrutar de él rápidamente.

Tras mezclar las cartas y repartir 5 a cada jugador, dejaremos el resto en un mazo de robo al alcance de todos.

El primer jugador en turno lanzará la pregunta ¿Cómo me sentiría si…? y los demás deberán elegir una de las cartas de su mano con la que crean que el jugador se identificará ante la situación planteada.

Las dejaremos bocabajo y deberán mezclarse antes de desvelarlas para que no se sepa a quién corresponde cada una de ellas. El jugador que lanzó la pregunta las levantará e irá interpretando el símbolo que ve con lo que cree que significa de modo que lo que uno de los jugadores dijo puede no ser lo mismo que se interprete en esta segunda fase del juego. Eso es algo que en muchas ocasiones sucede ya que lo que un símbolo transmite a alguien, no es lo mismo que lo que trasmite a otra persona pero es otra de las cosas buenas del juego, la libertad que nos proporciona para que veamos las diferencias en el modo de pensar que tenemos entre cada uno de nosotros.

Cuando tenga claro qué situación le identifica más con lo que ha preguntado, el jugador que entregó esa carta desvelará su identidad y se la quedará a modo de triunfo ya que le sumará 1 punto a su contador.

Aquí hay que tener claro que tenemos que ponernos en la piel de la otra persona y sacar la carta que represente cómo viviría él la situación, no nosotros. Hay que empatizar poniéndonos en su lugar. Será así como tendremos más posibilidades de que escoja nuestra carta y así sumar el punto que otorga.

Los jugadores que han gastado carta en el turno, robarán para volver a tener 5 en su mano y seguiremos jugando turnos de la misma manera hasta que uno de los presentes haya conseguido ganar 3 cartas ya que le hayan elegido en 3 ocasiones una de sus cartas de emoción.

Aquí, si queremos que la partida dure un poco más, ya que está planteada para unos 15 minutos, podemos incrementar el número de cartas a ganar por un mismo jugador, por lo que haremos más rondas de juego, incluso para intentar que todos podamos ser los jugadores en turno si no se ha dado el caso de que lo hemos cumplido.

Seguro que muchos habéis pensado que quizá no se os ocurren situaciones que mencionar o que se os acaban las ideas durante la partida pero no tenemos que preocuparnos porque vienen incluidas 100 preguntas que podemos utilizar o que nos van a inspirar en esas ocasiones en las que no sabemos qué decir o nos quedamos en blanco. Una idea genial que se agradece.

Si analizamos la rejugabilidad, es un juego muy versátil en el que por un lado, tendremos infinitas preguntas a plantear y sentimientos que asociar a cada una de ellas porque cada persona no sentirá seguramente lo mismo ante una misma situación por lo que podemos ir moldeando siempre las respuestas.

Además, las cartas de la mano que tenemos para responder son limitadas y cogidas al azar por lo que no podremos siempre responder lo mismo ni tendremos un abanico amplio de respuestas en un momento dado.

Todo ello hace que tengamos una rejugabilidad muy alta y que nunca las partidas sean iguales unas a otras.

Hablando de la escalabilidad, este juego va de 3 a 10 jugadores y se disfruta perfectamente a cualquier número. Bien es cierto que, cuantos más seamos, más cartas se entregarán por ronda y por lo tanto, más interpretaciones haremos de los diferentes significados de los iconos, teniendo que interpretar mucho más las diferentes emociones, dejando volar más nuestra imaginación y así no intuyendo tan fácilmente quién de los presentes ha entregado cada una de las cartas.

Por concluir, como hemos podido ver, Ikonikus es un juego muy divertido en el que habrá sentimientos y espontaneidad a lo largo de toda la partida y donde tendremos que interpretar diferentes emociones mediante iconos. Es muy versátil, nos ayuda a conocernos y empatizar y, gracias a una mecánica muy sencilla, las partidas son fluidas y siempre apetece sacarlo a mesa para pasar un rato distendido.

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Última actualización el 2024-04-26 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados

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