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Skull King

¡Gana bazas en alta mar! Anticipa lo bien que lo harás en cada mano, con envites cada vez mayores. Si logras tu envite, ganas puntos. Si lo fallas, ¡tu reputación se irá a pique!

Lucha contra sirenas, piratas y el formidable Skull King. También acechan en las profundidades otros enemigos: ¡el poderoso Kraken y la vengativa Ballena Blanca!

El tesoro y la gloria aguardan, ¡pero solo para los valientes!

Así se presenta Skull King, un juego creado por Brent Beck y Jeffrey Beck, ilustrado por David Bock, Eckhard Freytag y Apryl Stott y que nos trae la editorial Devir.

Ficha

¿Cuál es su contenido?

  • 106 cartas
    • 56 básicas (14 de cada palo)
    • 10 especiales
      • 5 pirata
      • 1 tigresa
      • 1 skull king
      • 2 sirenas
      • 1 huida
    • 4 de expansión
      • 2 de botín
      • 1 de kraken
      • 1 de ballena blanca
    • 16 de ayuda
    • 16 de envite
    • 4 en blanco
  • 1 libreta de puntuación
  • 1 reglamento

¿De qué trata?

Skull king es un juego de ganar bazas, donde, en cada mano envidas el número exacto de bazas que calculas que vas a ganar en esa mano.

Tendrás que luchar con tus rivales, mientras pugnas por mantener a flote tu propio envite.

El pirata con mayor puntuación al final de la partida será el vencedor.

¿Cómo se juega?

Preparación modo básico

  1. Separad del mazo de cartas, las cartas en blanco, de botín, el kraken y la ballena blanca.
  2. Repartid las cartas de ayuda y un conjunto de cartas de envite a cada jugador. 
  3. Elegid al jugador que primero va a repartir.

Desarrollo

Una partida a Skull king se desarrolla durante 10 manos. 

Repartir cartas

El jugador que le toca repartir en una mano debe coger todas las cartas, incluidas las que se hayan jugado en la mano anterior y barajarlas. Una vez estén bien mezcladas, el jugador reparte tantas cartas a cada jugador como número de ronda estén. Es decir, en la primera mano repartirá solamente una carta a cada jugador, en la segunda repartirá 2, en la tercera 3 y así sucesivamente hasta que en la décima y ultima mano, repartirá 10 cartas a cada jugador.

Envidar

Una vez que se han repartido las cartas que correspondan, los jugadores deberán analizar con detenimiento su mano ya que ahora tendrán que decidir el número exacto de bazas que cree que ganará durante esta mano.

Una vez que todos lo hayan pensado, los jugadores deberán golpear con el puño tres veces en la mesa y decir ¡RON! ¡RON! ¡RON. En este tercer y último golpe, cada jugador extenderá tantos dedos como bazas pretende ganar.

Los jugadores indicarán dicho número en sus cartas de envite y lo anotarán en la libreta de puntuaciones.

Jugar cartas

Una vez completados todos los envites, el jugador inicial, que es el jugador de la izquierda del que ha repartido, abre la primera baza jugando una de las cartas de su mano en el centro de la mesa y boca arriba.

Por orden, el resto de los jugadores deberán jugar una carta siguiendo teniendo en cuenta que deberán asistir a dicho palo, es decir tendrán que echar una carta del mismo palo si lo tienen o una carta especial.

En el caso de que no tengan cartas del mismo palo, podrán echar cualquier otra carta de otro palo teniendo en cuenta que en ningún caso ganarán la baza salvo si echan una carta del palo negro, que es el palo del triunfo.

De esta forma, si no hubiera cartas de triunfo, el jugador que ha jugado la carta más alta del palo con el que se ha abierto la baza, la ganaría. Si hay cartas de triunfo, la baza se la lleva el jugador que ha jugado el triunfo más alto.

La otra opción que tienen los jugadores es echar una carta especial. Estas cartas permiten romper las reglas que rigen las cartas numeradas y tienen habilidades especiales:

  • Huida: Esta carta se usa para no ganar una baza ya que pierde contra todas las demás.
  • Pirata: Supera a todas las cartas numeradas. Todos los piratas tienen el mismo rango por lo que si hay más de un pirata en una baza, ésta la gana el jugador que haya jugado el primer pirata.
  • Tigresa: Se puede jugar como pirata o como huida.
  • Skull King: Supera todas las cartas numeradas y de pirata, pero pierde contra la sirena.
  • Sirena: Supera a todas las cartas numeradas y al Skull King pero pierde frente a los piratas.

El jugador que haya jugado la carta de mayor rango gana la baza, recoge todas las cartas y se las lleva a su pila personal de bazas ganadas. 

Si aún quedan cartas por jugar, el jugador que ganó la baza anterior abre la siguiente baza que se juega de la misma forma y aplicando las mismas reglas.

Final de la mano

La partida continúa de la misma forma hasta que todas las bazas de esa mano se han jugado, es decir, ya los jugadores se han quedado sin cartas en la mano y se calculan los puntos que ha conseguido cada uno de ellos en función de las bazas apostadas versus conseguidas y los puntos de bonificación obtenidos:

  • Según el número de bazas y el envite:
    • Si se acierta el número de bazas, el jugador recibe 20 puntos por cada baza recogida.
    • Si no acierta el número de bazas, el jugador pierde 10 puntos por cada baza de diferencia.
    • Si el envite fue de 0 bazas:
      • Si acierta, el jugador consigue 10 puntos por cada carta que se repartió en esa mano.
      • Si falla, el jugador pierde 10 puntos por cada carta que se repartió en esa mano.
  • Según las bonificaciones:
    • 10 puntos por cada carta de valor 14 de los tres palos normales.
    • 20 puntos si se tiene el 14 negro.
    • 20 puntos por cada sirena capturada por un pirata.
    • 30 puntos por cada pirata capturado por el Skull king.
    • 40 puntos por capturar al Skull king con la sirena.

Estos puntos se anotan en la libreta en el apartado correspondiente y se continúa con la siguiente mano en la que ahora el jugador de la izquierda del que ha repartido se convierte en el jugador que reparte esta nueva mano, barajando todas las cartas y en la que repartirá una carta más a cada jugador de las que se hayan repartido en la mano anterior.

Fin de la partida

Una vez que se ha completado la décima y última mano, se anotan los puntos finales y el jugador que más puntos haya conseguido se convierte en el vencedor de la partida.

Modo avanzado

Se pueden añadir las cartas especiales a la partida o usar las habilidades especiales de los piratas.

Nuevas cartas:

  • Kraken: La baza se destruye y nadie la gana. La siguiente baza la juega el que la hubiera ganado.
  • Ballena blanca: Destruye las cartas especiales haciendo que no puedan ganar y ponen de color blanco a todas las cartas numeradas de la baza de tal forma que la gana el jugador que ha jugado la carta más alta.
  • Botín: Cuando un jugador juega una carta de botín, se asocia con el jugador que la captura. Si ambos jugadores logran su envite, cada uno recibirá 20 puntos extra.

Habilidades de pirata

Cada uno de los piratas tiene una habilidad especial asociada. Para desbloquear dicha habilidad, el jugador primero debe ganar una baza con ese pirata y debe usarla de forma inmediata salvo que se indique lo contrario.

¿Cuál es nuestra valoración?

Con un arte gráfico totalmente renovado y unas cartas extra que nos aportan cierta frescura y alguna pequeña mecánica adicional, Devir nos vuelve a traer en castellano el archiconocido juego de bazas Skull King.

Para los que no conozcan este juego, pero estén conozcan los juegos de cartas clásicos de baraja española como “el tute” o “la brisca” le resultará muy familiar. De hecho, hay un juego en concreto que les parecerá muy similar y no es otro que “la pocha”.

Antes de ver en el apartado de las mecánicas en qué consiste el juego y el por qué hacemos referencia a este juego, hablemos de su estética y componentes.

Como decimos, Skull King es un juego con cierta solera ya que apareció por primera vez allá por el 2013. Desde entonces, varias versiones, con sus distintas editoriales, han ido apareciendo, cada una de ellas con su propio estilo artístico. Además, no siempre ha sido fácil conseguir una copia de este juego hasta ahora que Devir nos lo vuelve a sacar en una nueva edición.

Lo primero que nos llama la atención de esta nueva remesa es el cambio bastante importante en cuanto a su estética. Habrá quien estuviera acostumbrado a las cartas de las anteriores versiones y que en cuanto a gustos colores, pero hay que reconocer que, en la mayoría de los casos, tanto la portada como las cartas han ganado calidad en cuanto a sus ilustraciones y acabado artístico.

Todos sus componentes nos los encontramos en una caja bastante pequeña y muy portable. Dentro de ella nos vamos a ver las 106 cartas que conforman el juego, una libreta para las puntuaciones, el lógico libreto de instrucciones muy bien explicadas y, curiosamente, una receta de cocina para el que quiera probar el pastel de moras que ofrece.

Entre las 106 cartas, de buena calidad, se encuentran las 56 que forman la baraja básica con sus 4 palos de 14 cartas cada uno, sus 10 cartas especiales, las 4 cartas para una versión más avanzada, unas cuantas en blanco para repuestos o por si queremos ser creativos y crear un nuevo personaje nosotros mismos, las cartas que usarán los jugadores para los envites de cada mano y, por último, varias cartas de ayuda para los jugadores.

En definitiva, una producción muy a la altura de su fama. Eso sí, Skull King es el clásico juego en el que recomendamos enfundar las cartas ya que cualquier roce, marca o desperfecto que pudieran tener vería muy perjudicado el desarrollo del juego al saber todos los jugadores que carta o cartas pueden tener nuestros rivales, perdiendo toda la gracia de la partida.

En cuanto a la temática, es cierto que podría haber sido cualquier otra y el juego hubiera funcionado exactamente igual, o incluso sin tema se podría jugar perfectamente, pero el que se haya elegido la temática pirata nos parece todo un acierto y le sienta muy bien. No es que nos vayamos a sentir como un pirata buscando tesoros y combatiendo ante otros piratas, pero sí que le da un sabor muy agradable a las partidas.

Con respecto a las mecánicas, hay que tener claro que con Skull King estamos ante un juego de bazas con varios giros de tuerca. Como suele ocurrir con todos los juegos de bazas, los jugadores experimentados en los juegos clásicos de baraja española se van a sentir muy familiarizados con esta mecánica, pero especialmente lo harán aquellos que conozcan “la pocha”.

Para quienes no han tenido la ocasión o la experiencia de haber jugado al mencionado juego, decir que la característica fundamental radica en que los jugadores deben intentar predecir el número de bazas que van a ganar en cada una de las manos que dura una partida teniendo en cuenta las cartas que tienen en la mano una vez que se hayan repartido. Si aciertan, ganarán puntos, si fallan los perderán. Así de sencillo.

Esa esencia es la que decimos que se encuentra en Skull King. Pero a partir de aquí hay muchas diferencias y cosas a tener en cuenta.

Para empezar, una partida consta de diez rondas. En cada una de ellas iremos incrementando el número de cartas a repartir empezando por repartir solamente una carta en la primera ronda y dando diez cartas a cada jugador en la décima y última.

En el momento en el que se reparten las cartas de una ronda, los jugadores deberán analizar su mano y tomar una decisión importante. A la cuenta de tres, todos los jugadores, a la vez, deberán indicar con sus dedos de la mano el número de bazas que creen que va a ganar durante esa mano.

Normalmente, en la pocha, esta decisión se hace por orden de turno y empezando por el jugador que es mano de la primera baza. Parece que no, pero este cambio que parece ínfimo, el hecho de hacerlo todos a la vez o por orden, cambia mucho la película. Cuando se realiza por orden de turno, las bazas que van diciendo los jugadores condiciona bastante la que van a ir diciendo el resto.

Por ejemplo, si en una mano en la que se han repartido 4 cartas, uno de los primeros jugadores dice que va a ganar 3 bazas transmite la sensación al resto de jugadores que sus cartas son bastante poderosas y será difícil ganar alguna baza y, por tanto, salvo que tengas una mano también muy buena, tenderás a reducir el número que hubieras dicho sin esa información. Y lo mismo ocurre en sentido contrario, es decir, si los primeros jugadores apenas dicen que van a ganar cartas, quiere decir que tienes posibilidades de que tus cartas sean mejores que las suyas y las sobrevalores.

En cambio, en Skull King, esta decisión se toma a la vez y para bien o para mal, nos daremos cuenta ya tarde de que quizás hemos dicho un número excesivamente alto o nos hemos quedado cortos al ver los envites del resto de jugadores. En este sentido nos parece un acierto total ya que libera un poco la mano de posibles especulaciones y cada uno dice el número que le dicta su cabeza. Eso sí, luego pasa lo que pasa y tendremos muchas divertidas sorpresas.

Una vez que todos los jugadores hayan hecho sus envites, los han indicado en sus cartas de envite y se hayan apuntado en la libreta, comienza la ronda de la forma clásica.

El jugador inicial, tira una de las cartas y el resto de los jugadores deberá asistir al palo si es que tiene alguna carta del mismo. El jugador que ha jugado la carta más alta de dicho palo se lleva la baza y comienza una nueva.

Obviamente aquí es donde hay que indicar todos los matices y diferencias que presenta Skull King en su jugabilidad frente al resto de juegos de la misma mecánica.

Para empezar, a la hora de asistir al palo, el jugador no está obligado a superar el valor de la última carta, sino que puede echar el valor que quiera. Otra gran diferencia es que, cuando un jugador no tiene cartas del mismo palo, podrá echar cualquiera de sus otras cartas, es decir, no está tampoco obligado, como en muchos juegos, a echar un triunfo. Si quiere puede, pero es solo opcional. Eso sí, si echa otra carta de valor de otro palo que no sea el que abrió la baza o la del triunfo, el jugador no optará a ganar la baza.

Por último, nos encontramos con las cartas estrella, que son las cartas especiales y que pueden cambiar absolutamente todo porque cambian las reglas del juego. Primero porque las cartas especiales pueden jugarse en cualquier momento, independientemente del palo que haya iniciado, si hay o no hay triunfos o incluso pueden ser jugadas como primera carta de la baza.

Segundo, y casi más importante, es que estas cartas tienen habilidades especiales y generalmente son más poderosas que las cartas numeradas. Por ejemplo, cuando un jugador juega una carta de un pirata, gana a cualquiera de las cartas numeradas. La carta del Skull King gana a todas, incluidas a las cartas de pirata, pero no a la carta de sirena. En cambio, la sirena gana como hemos dicho a todas las cartas numeradas e incluso al Skull King, pero pierde frente a las cartas de pirata.

Por otro lado, nos encontramos con las cartas de huida, que se utilizan para no ganar la baza y con la carta de Tigresa que puede ser jugada como pirata o como huida, en función de lo que quiera el jugador que la juega.

Gracias a estos personajes y la cierta flexibilidad que hay al jugar las cartas hace que el devenir de la partida pueda cambiar radicalmente, haciendo acto de presencia una cantidad ingente de puñaladas entre jugadores y giros de guión pensando que una baza va a ser para un jugador, pero a última hora es para otro que hace que Skull King se convierta en un juego tremendamente divertido.

De esta forma, se irá jugando la mano completa, momento en el que los jugadores deberán comprobar si finalmente se han llevado tantas bazas como pronosticaron al principio de la baza y puntuar en consecuencia.

La puntuación es otra de las cosas que más nos gusta del juego y es que no solo te llevas una cantidad importante de puntos en el caso de que hayas acertado tu envite, a razón de veinte puntos por baza ganada, sino que te restarás puntos en caso de no haber estado acertado quitándote diez puntos por cada baza de más o de menos que te hayas llevado en función de lo que pronosticaste.

Puedes, incluso, hacer una apuesta muy arriesgada que consiste en decir que te no llevas ninguna baza. Decimos que es arriesgada porque es cierto que, si lo consigues, te llevarás tantos puntos como cartas haya en la baza multiplicado por diez, pero el problema radica en que, si no aciertas y te llevas, aunque solo sea una baza, los puntos que se restarán serán los mismos.

Además, hay situaciones especiales que también otorgan puntos extra en el caso de que hubieras acertado, como, por ejemplo, las cartas de valor 14 o si alguna carta de acción ha sido utilizada para un propósito en concreto.

Una vez anotados los puntos que ha conseguido cada jugador termina la ronda y podremos empezar la siguiente. De esta forma se jugarán las diez bazas que conforman la partida y, finalmente, el que más puntos haya conseguido será el ganador.

En cuanto a la escalabilidad, el juego va de 2 a 8 jugadores, pero es cierto que, el modo clásico, comienza a partir de 3. A cualquier número funciona perfectamente, pero hay que tener en cuenta que es el clásico juego en el que cuantos más jugadores participen mas divertido será, especialmente a partir de los 5 jugadores en adelante.

A 3 o a 4 se juega perfectamente, es divertido igualmente y muy satisfactorio, pero hay que tener en cuenta que el sabor es ligeramente diferente.

Lo que queremos decir es que, a mayor número de jugadores mayor será la dificultad en acertar los envites que los jugadores hagan, más sorpresas habrá en las bazas, más puñaladas podremos hacer con las cartas especiales y, por lo tanto, más caos e incertidumbre habrá. Y es innegable que a este juego le sienta muy bien.

En cambio, a un menor número de jugadores, el juego se torna un poco más controlable y estratégico ya que podremos intuir con un poco más de claridad por donde puede ir el juego y por tanto estar más acertados en nuestros envites. Para nada es algo malo, sino todo lo contrario, pero simplemente es un cambio ligero en sensaciones que hay que tener en cuenta.

Por último, señalar que, la vertiente para dos jugadores que ofrece el juego es también muy solvente, pero creemos que se queda un poco más descafeinado ya que lo que hacemos es introducir a un tercer jugador ficticio que jugará las cartas de forma automática perdiendo un poco el aliciente.

La rejugabilidad es otra de las características por las que más brilla Skull King. Es un filler de 30 minutos que ofrece partidas super dinámicas y totalmente cambiantes de una partida a otra gracias, no solo a la más que obvia aleatoriedad de las cartas cuando son repartidas, sino también por las estrategias, intuiciones y formas de jugar de cada uno de los participantes.

Como filler que es, se puede jugar en un rato que se tenga, o entre partidas de juegos más sesudos, pero no serán pocas veces en las que una tarde se vaya jugando exclusivamente a este juego y acabar la sesión con ganas de haber querido jugar más.

Para concluir queremos decir que con Skull King nos encontramos ante un juego excelente de bazas. El hecho de tener que apostar por el número de bazas a ganar en cada una de las manos y ganar puntos en función de si acertamos o no, nos parece una mecánica genial y muy divertida.

Además, la inclusión de las cartas especiales le da un toque de emoción extra muy interesante porque puede cambiar radicalmente la estrategia de los jugadores y su forma de jugar obligándoles a adaptarse más que en otros juegos del estilo.

En definitiva, si eres amante de este tipo de mecánica, Skull King es un juego que te va a encantar. Y si no lo eres, dale una oportunidad porque consideramos que es el clásico juego que no puede faltar en una estantería lúdica. Bueno, bonito y barato.

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