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Aldabas

En Cartagena, Colombia, las puertas hablan. Aunque no usan palabras, sino impresionantes aldabas (piezas que se golpean para llamar a la puerta) que las adornan. En la época colonial española, las aldabas indicaban tu trabajo y tu estatus social mediante su diseño y detalle. Leones ornamentados para los soldados, complejos lagartos para los nobles, criaturas marinas para los pescadores, herramientas para los constructores y refinadas manos para los clérigos. 

En este ingenioso juego de cartas tendrás que llenar tu vecindario de gente influyente mientras ellos llevan a cabo sus tareas. 

¡Aquellos que se queden con la mejor compañía (y las arcas más llenas) obtendrán el mayor respeto y consideración de la ciudad.

Así se presenta Aldabas: Puertas de Cartagena, un juego creado por Joshua J. Mills y Nat Levan, ilustrado por Juan Vargas y que nos trae a España la editorial GDM.

Ficha

  • Número de jugadores: de 1 a 4
  • Edad Mínima: 14 años
  • Duración: 30 minutos
  • Interacción: Competitivo y solitario
  • Mecánicas: Hand Management
  • Versiones: No
  • Expansiones: No
  • Editor: GDM games
  • Año de publicación: 2022
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¿Cuál es su contenido?

  • 81 cartas de puerta
  • 4 cartas de cofre
  • 58 fichas de moneda
  • 1 tablero de puerto
  • 4 fichas de puntuación
  • 1 libro de reglas

¿De qué trata?

Aldabas: Puertas de Cartagena, es un juego de cartas en el que los jugadores deberán construir sabiamente una parcela con ellas para aprovecharse de sus poderes, profesiones e influencia para ganar la partida.

¿Cómo se juega?

Conceptos básicos

Objetivo y parcela

En Aldabas cada jugador deberá construir en su zona de juego una parrilla de 4×3 cartas de puertas, llamada parcela. Esta construcción se debe hacer con una serie de reglas y a medida que se van colocando nuevas cartas, se podrán ir activando los poderes que en ellas existen.

Además, cada puerta tiene una profesión y un valor de influencia que servirá para determinar, al final de la partida, quién va obteniendo los puntos de cada profesión.

Finalmente, quién más puntos tenga al final de la partida, será el ganador.

Cofre y monedero

El cofre es un área privada de almacenamiento para monedas y cartas de puerta y está representado por el tarjetón que se colocará en la zona inferior izquierda de la parcela de cada jugador al inicio de la partida.

Por el contrario, el monedero es una zona imaginaria, también de la zona de juego del jugador, pero que es donde se guardan exclusivamente las monedas que no están en el cofre.

La principal diferencia práctica entre ambas, además de que en el cofre se guardarán cartas de puerta, es que desde el monedero no se podrán mover monedas al cofre, salvo que una acción te lo permita, pero sí al revés.

Puerto

El puerto es la zona de juego representada por un tablerillo que funciona como mercado de cartas. En él se colocarán las cinco cartas que tendrán los jugadores en su turno para poder comprar y tienen un coste creciente, siendo las dos primeras gratis, la siguiente costando una moneda, la cuarta dos monedas y, por último, la quinta carta, situada a la derecha del todo, costará tres monedas al que la quiera comprar en ese momento.

A medida que se van comprando cartas de este mercado, todas las cartas situadas más a la derecha se desplazarán para ocupar los puestos más baratos y sacar una nueva carta en el espacio más caro.

Preparación

La preparación de una partida de Aldabas es muy sencilla y solamente hay que seguir los siguientes pasos:

  1. Coge 12 monedas por cada jugador y colócalas al alcance de todos los jugadores, formando una reserva general.
  2. Baraja todo el mazo de cartas de puerta y reparte 5 a cada jugador.
  3. Dale a cada jugador la carta de cofre y su correspondiente ficha de puntuación. Cada jugador deberá colocar el cofre en la esquina inferior izquierda de una matriz de 4×3 que poco a poco irá construyendo.
  4. Cada jugador escoge una puerta de su mano y la coloca en secreto debajo del cofre. Además, cada uno podrá descartarse de cualquier número de cartas de su mano y podrá colocar una moneda en su monedero por cada carta que descarte.
  5. Por último, coloca el mazo de cartas de puerta boca abajo en el centro del área de juego, con el tablerillo de puerto al lado y coloca boca arriba, las 5 primeras cartas del mazo en los cinco espacios del puerto.
  6. Elegid al jugador inicial.

Desarrollo 

Una partida a Aldabas se desarrolla por turnos hasta que se cumpla alguna de las tres condiciones finales de partida.

En su turno, el jugador podrá realizar dos acciones de las tres disponibles, pudiendo realizar dos veces la misma:

  1. Coger monedas: Coge dos monedas de la reserva y ponlas en tu monedero.
  2. Compra una puerta: Coge una puerta de las cinco disponibles que hay en el puerto, pagando, si lo tiene, el coste en función de la posición que ocupa en el tablero y llévala a tu mano.
  3. Juega una puerta en tu parcela: Coge una de las cartas de puerta de tu mano y colócala en tu parcela, respetando las normas de colocación:
    1. No puedes dejar un espacio vacío a la izquierda o debajo de tu nueva puerta.
    2. No puedes poner una puerta ortogonalmente adyacente a otra del mismo color.

Activación de los poderes de las puertas

Cuando añades una puerta a tu parcela, el jugador tiene la opción, si quiere, de activar el poder de la puerta colocada y el poder de las puertas que están justo a la izquierda o debajo de ésta.

Existen diferentes poderes que dependen totalmente del tipo de carta.

Una vez que el jugador ha realizado sus dos acciones, el turno pasa al siguiente jugador que podrá realizar ahora sus dos acciones.

Fin de la partida

El juego se desarrolla de la siguiente forma hasta que se cumple una de las siguientes tres condiciones de final de partida:

  • Un jugador completa su parcela (4 cartas de ancho x 3 de alto)
  • Se acaban las monedas de la reserva.
  • No quedan cartas de puerta para rellenar el puerto.

Cuando esto sucede, el jugador activo termina su turno y todos los demás jugadores tienen un turno más. En ese momento la partida termina y comienza la puntuación.

  • Cada moneda en el cofre vale 2 puntos.
  • Algunas puertas otorgan puntos directamente.
  • Mayor influencia en cada profesión: El jugador que tenga mayor influencia en una profesión, teniendo en cuenta todas las cartas de su parcela y su cofre, se beneficiará de su método de puntuación único que dependerá de la profesión en cuestión. El segundo jugador con más influencia en dicha profesión obtiene una versión más débil del beneficio.

¿Cuál es nuestra valoración?

A tal casa, tal aldaba. Así es como dice un dicho bastante popular en nuestro idioma y una expresión que resume perfectamente la temática de este juego de cartas.

Como todos sabemos, las aldabas son estos llamadores de metal que muchas puertas tenían mucho antes de existir los timbres actuales. Pero no solo tenían una función práctica y estética, sino que, además, durante siglos, se utilizaban como símbolo de distinción de la población en función de su clase social, su poder y/o su profesión.

Es cierto que durante la época colonial en América, hubo muchas ciudades que utilizaban y aplicaban estas aldabas, pero sin duda, la ciudad más destacada fue Cartagena de Indias, ciudad que complementa al título que nos ocupa hoy: Aldabas, puertas de Cartagena.

Es fascinante ver como el mundo de los juegos de mesa es capaz de utilizar infinidad de temáticas para el disfrute y, por qué no, el aprendizaje de muchos de nosotros. En nuestro caso, conocíamos lo que son las aldabas, pero sin ser un juego ni mucho menos didáctico, sí que nos ha enseñado un montón de cosas que desconocíamos y siempre es un extra de motivación para acercarnos a algunos juegos.

Con respecto a la estética y los componentes, estamos ante un juego bonito, elegante y bien producido donde las cartas son el elemento principal del juego y que están bien acompañadas por las fichas de moneda, los tarjetones de cofre y, como último elemento, un pequeño tablero dividido en dos partes y a doble cara. Una se usará durante la partida a modo de mercado de cartas y la otra se usará al final de partida para marcar la puntuación de los jugadores. Es cierto que este último podría haber sido un tablerillo de dos alas en lugar de dos piezas separadas, pero tampoco desentona mucho con respecto a la buena producción en general del juego.

A la hora de jugar es bastante sencillo de reglas. El objetivo de los jugadores no es otro que el de conseguir más puntos que los rivales cuando se dispare el final de partida. Es cierto que, al principio, la forma de puntuar hay que tenerla muy clara porque quizás sea lo más complejo del juego y conviene detenerse antes de jugar para comprenderla bien y así saber cómo encarar tu estrategia de partida.

Pero antes de entrar a desgranar la puntuación, hay que explicar que estamos ante un juego de cartas en el que nuestro objetivo es intentar construir una parrilla de 4×3 cartas en nuestra zona de juego teniendo en cuenta una serie de reglas de colocación. Estas reglas son bastante sencillas: la primera es ir poniendo cartas sin dejar espacio ni debajo ni a la izquierda de las ya colocadas y, la segunda es no poder colocar cartas del mismo color de forma adyacente. Son sencillas pero si que son lo suficientemente importantes para darle un poco al coco a la hora de aplicarlas. 

Hay que tener en cuenta que todas las cartas del juego tienen un color, una aldaba dibujada que indicará una profesión, un valor de influencia y un poder. Este poder y su activación son una de las cosas más importantes de la mecánica del juego. Estos poderes o habilidades son muy dispares entre si y el jugador, si quiere, puede activarlas cuando la carta sea colocada en su parcela.

Pero lo importante, no solo es que se podrá activar el poder de la carta colocada, sino que se podrán activar también los poderes de las cartas que estén situadas justo debajo y a su izquierda. De esta forma, se podrían llegar a activar las habilidades de tres cartas en un mismo turno, generando combos bastante importantes y que se deben tener muy en cuenta a la hora de ir completando nuestra parcela.

Con respecto al turno de los jugadores en si, hay que decir que es muy rápido. Esto genera que las partidas sean muy dinámicas y con muy poco AP. Básicamente un jugador en su turno puede hacer dos acciones de entre tres posibilidades, pudiendo incluso repetir la misma.

La primera posibilidad es muy sencilla, coger dos monedas de la reserva general y llevarlas a su monedero. La segunda es casi igual de inmediata y consiste en coger una carta de las disponibles en el mercado, debiendo pagar el coste en monedas si se coge una carta de las de la derecha, ya que éste mercado es de coste creciente. La tercera y última posibilidad es la que hemos comentado anteriormente, elegir una carta de tu mano y colocarla, teniendo en cuenta las reglas y los poderes de activación, en su parcela.

De esta forma, los jugadores entrarán en una buena cantidad de turnos teniendo que ir alternando entre conseguir dinero, comprar cartas, construir su parcela y activando los poderes de las puertas para ir consiguiendo más opciones y ventajas.

Poco a poco iremos viendo cómo los jugadores cada vez irán teniendo más dinero, más cartas en su parcela, harán más combos con los poderes y esto será así hasta que se cumpla una de las condiciones de final de partida: O bien se acaba el dinero de la reserva, recordad que se habían colocado doce monedas por jugador participante, se acaban las cartas del mercado, o algún jugador ha completado su parcela. En ese momento, todos los jugadores gozarán de su último turno y se procederá a la puntuación.

Como decíamos, la parte de la puntuación parece que es la más complicada de las reglas pero no lo es tanto. Realmente, hay tres formas de puntuar. La primera es que cada moneda que tengamos en el cofre valdrá dos puntos. La segunda es que hay algunas cartas de las que tengamos construidas en nuestra parcela que nos otorgarán puntos directamente en este momento. Y la tercera y última, en el fondo, consiste básicamente en ver, profesión por profesión, qué jugador es el que tiene más influencia en cada una de ellas para ganarse los puntos que indica la profesión tanto para el ganador como para el segundo que más influencia haya acumulado. Finalmente, el que más puntos tenga teniendo en cuenta estos tres factores, será el ganador.

Como vemos, se trata de un juego bastante sencillo de reglas donde la gestión y planificación son nuestras aliadas y el saber cómo construir el pequeño puzzle que supone nuestra parcela y sobre todo qué cartas utilizar para ello, son lo más importante para puntuar al final de la partida y poder proclamarnos vencedores.

Con respecto a la escalabilidad, el juego va de 1 a 4 jugadores. La experiencia y las sensaciones de jugarlo a 2, 3 o 4 no varían mucho más allá de competir con más jugadores a la hora de puntuar las influencias y que existe más rotación en el mercado, pero realmente estamos ante un juego que escala perfectamente a cualquier número.

Además, también incorpora un modo solitario, en el que se luchará contra un rival ficticio y se realizarán unos pequeños ajustes tanto en la preparación como en el desarrollo de la partida, pero que se disfruta bastante a pesar de no ser su principal reclamo.

La rejugabilidad es otro factor bastante bueno en este título. El azar de las muchas cartas de puerta que tiene el juego y el hacer de cada uno de los jugadores, consiguen que las partidas se diferencien bastante unas de otras y tardemos bastante en cansarnos del juego.

Por todo lo que hemos comentado, debemos decir, para concluir, que con Aldabas: puertas de Cartagena estamos ante un juego bastante recomendable por varios motivos: El primero por ser un juego sencillo, y que por tanto se le puede sacar a todo el mundo, pero que además tiene la suficiente profundidad para que también se diviertan los ya iniciados en este mundo. La escalabilidad, que incluye hasta solitario, la rejugabilidad, la temática y la estética son otros elementos que destacan positivamente en este título que como mínimo hacen de él un juego a probar.

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