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Walkie Talkie

Obtened la mayor puntuación combinando letras y colores a toda velocidad en este juego cooperativo de ingenio y agilidad mental.

Así se nos presenta este vistoso juego que lanza Devir dentro de su colección de juegos rápidos, pequeños y económicos «Devir Pocket» y que ha sido creado por Shei S. e Isra C. también conocidos como Llamadice.

Ficha

¿Cuál es su contenido?

  • 53 cartas
  • 1 reglamento en varios idiomas

¿De qué trata?

Walkie Talkie es un juego cooperativo en el que deberemos colocar las cartas de nuestra mano en cualquiera de los dos montones, letras o colores, diciendo palabras relacionadas con la inicial o el color que hay sobre la mesa.

Será a contrareloj y nuestro objetivo es deshacernos de las cartas lo más rápido posible para obtener el mayor número de puntos gracias a todos los asteriscos que muestren las cartas del montón de letras que hemos jugado.

¿Cómo se juega?

Preparación

Si vamos a jugar en español, tendremos que quitar del juego las letras C, P, I con reverso negro ya que para este idioma no son necesarias.

Después dividiremos el mazo de cartas en dos mazos más o menos iguales, daremos la vuelta a uno de ellos y los juntaremos. Podremos barajar bien todas las cartas de modo que las cartas y los colores quedarán mezclados entre ellos.

Cogeremos las dos primeras cartas y las colocaremos sobre la mesa de modo que una muestre una letra y otra un color.

Repartiremos a cada jugador 6 cartas sin girarlas y estableceremos el tiempo de juego que será a medio minuto por jugador. Pondremos el cronómetro en marcha y ya podremos empezar la partida.

Una partida

En este juego todos jugamos de manera simultánea hasta que termina la partida. Seguiremos estos pasos:

  1. Jugar una carta sobre uno de los dos montones: La dejaremos sobre el montón correspondiente (letra o color).
    Todos los jugadores juegan al mismo tiempo por lo que podría suceder que un jugador se quedara sin cartas mientras que los demás siguen teniendo alguna y deberá seguir jugando hasta que termine la partida.
  2. Decir en voz alta un código válido: después de haber jugado una carta tienes que decir una palabra que empiece por la letra que esté visible en el centro de la mesa y que pueda asociarse de alguna manera al color que tiene al lado vale casi todo: nombres propios, animales, marcas… vosotros deberéis poner el límite sobre lo que es válido y lo que no.

No se puede decir una palabra repetida o un nombre de color.

Es posible que un jugador tenga que justificar en alto el porque ha dicho esa palabra y si su justificación no convence al grupo, ese jugador deberá devolver la carta a su mano y robar una carta del montón donde no jugó carta. Si al hacer esto, ese montón se queda sin cartas, no deberá robar carta.

Puede suceder que nos quedemos en blanco en un momento dado y si eso sucede cualquier jugador puede gritar una de las dos siguientes palabras para seguir las instrucciones asociadas a cada palabra:

  • Cambio: después de decir cambio todos los jugadores deberán dar la vuelta a todas las cartas de su mano. De ese modo, los colores para hacer letras y las letras pasarán a ser colores.
  • Corto: tras decir corto, todos los jugadores pasarán todas sus cartas de la mano a jugador de su izquierda pero sin darles la vuelta. Esto puede provocar que algún jugador vuelva a la partida si ya se había quedado sin cartas o que otro se quede sin jugar si al jugador de su derecha no le quedaban cartas para darle.

Fin de la partida

La partida termina cuando todos los jugadores se han quedado sin cartas o cuando se ha agotado el tiempo establecido.

Será en ese momento cuando deberemos contar el número de asteriscos que muestren las cartas de letra que hemos jugado entre todos. Sin embargo, si la partida se ha terminado porque se ha acabado el tiempo, deberemos restar 1 punto por cada carta que nos quede las manos.

Podéis apuntar el número de jugadores y la puntuación final en la tabla que tenemos en la última hoja del libreto de instrucciones. En este juego no se gana ni se pierde, simplemente con la tabla de puntuación podremos comparar como lo hemos hecho en comparación con otras partidas anteriores.

¿Cuál es nuestra valoración?

Walkie Talkie pertenece a los 3 primeros juegos con los que Devir abre la línea de juegos sencillos, pequeños y económicos bautizada como Devir Pocket. Junto a Ouch! y Veggies, son juegos de cartas rápidos y aptos para cualquier tipo de jugador.

En esta reseña estamos viendo cómo es Walkie Talkie, creado por Shei S. e Isra C. también conocidos como Llamadice, autores de otros títulos como The Red Cathedral, Mondrian o Smoothies y queremos empezar la parte de la opinión hablando de su estética y componentes.

En una caja pequeña, poco pesada y manejable de fondo blanco, este juego llama tremendamente la atención por sus mini rayas coloridas que ocupan toda la portada y por su llamativo nombre que nos evoca a algo que seguro que a todos nos han gustado, antes de que se inventaran los teléfonos móviles, esos walkie talkies con los que poder comunicarnos en la distancia con otras personas de forma casi mágica, sobre todo en campamentos o excursiones que hacíamos a más temprana edad.

Su nombre invita a abrir la caja donde encontraremos unas cartas de buen gramaje que siguen la misma estética, en una de sus caras, que la caja. En dicha cara de las cartas encontramos fondo blanco con rayas de colores y unas letras bien grandes azules bajo las que en algunas aparecen estrellas y en otras no. Sin embargo, por el otro lado, nos muestran colores y llevan serigrafiados objetos, en su fondo y en dos de sus esquinas, que pueden asociarse a ese mismo color.

Tras haber hablado de cómo es el juego visualmente y qué contiene, pasemos a hablar de su modo de juego.

Antes de empezar a jugar y, si vamos a jugar en español, deberemos retirar del mazo las cartas de las letras C, P, I con reverso negro ya que para este idioma no son necesarias. Ya podremos dividir el mazo en dos montones, girar uno de ellos y empezar a mezclar para que las cartas queden desordenadas mezclando las letras, con los colores, indistintamente.

Dejaremos las dos primeras cartas sobre la mesa mostrando una letra y un color, repartiremos a cada jugador 6 cartas que no debemos girar ni recolocar y pondremos en marcha el cronómetro, asignando un tiempo de partida de medio minuto por jugador.

En ese momento empezará nuestra carrera contrareloj, de forma cooperativa, para asociar colores y letras e ir diciendo lo que hemos pensado para dejar una de nuestras cartas en el montón correspondiente.

Al tratarse de un juego sin turnos, simultáneo, y en el que los jugadores juegan las cartas a toda velocidad, hay que tener cuidado con las cartas ya que se pueden dañar o romper a pesar de su buena calidad y buen grosor.

Podremos ir diciendo palabras siempre que no repitamos palabras ni mencionemos colores. Tenemos total libertad, siempre que el grupo dé por válidas las palabras que vayan saliendo a mesa. Cuando un jugador coloca una carta y dice una palabra con la que el resto de jugadores tiene dudas, se puede discutir sobre si cumple o no las condiciones para ser aceptada pero, desde nuestro punto de vista, es recomendable no perder mucho tiempo en esa discusión porque el tiempo sigue corriendo y perderemos oportunidades de dejar más cartas en el montón central.

Como el tiempo de partida depende del número de jugadores que seamos, pues a mayor número de jugadores, más nos durará nuestra partida. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que a dos jugadores, las partidas duran apenas un minuto.

A veces, la rapidez requerida en el juego hace que te quedes en blanco y te bloquees, viendo como el resto de jugadores avanzan, quedándote tu con todas las cartas en la mano.

A todos nos ha pasado que, bajo la presión del tiempo y los nervios de querer poner y poner cartas en el mazo central, nos hemos quedado totalmente en blanco pero no pasa nada, aquí entran en acción los dos códigos que se usan cuando te comunicas a través de un walkie talkie con la persona que está al otro lado: cambio y/o corto.

Podremos utilizar ambas palabras, que son las que nos evoca el nombre del juego, cuando cualquiera de los jugadores se quede en blanco. Hay que tener en cierto modo mucho cuidado con decirlas porque al girarlas tras decir ¡Cambio! o cambiarlas con el jugador de nuestra izquierda al decir ¡Corto!, todos los jugadores deberemos resetear la mente y empezar a pensar de nuevo en palabras relacionadas con las nuevas cartas por lo que puede llegar a ser beneficioso en algún momento pero perjudicial en otros.

Según vamos dejando cartas en cualquiera de los dos montones, las letras y colores irán cambiando todo el tiempo y deberemos hacer trabajar a nuestra mente lo más rápido posible para seguir bajando cartas e intentar, por un lado, quedarnos sin ninguna en la mano y, por otro lado, sumar al contador de puntos común los máximos asteriscos posibles.

Es muy importante tener en cuenta de cara a la puntuación que lo único que se puntuará son los asteriscos que contienen las cartas de letra de dicho montón central que los jugadores hayan ido depositando durante el tiempo de juego. Por tanto, es mucho más recomendable utilizar estas cartas de letra y no tanto las de colores para después poder puntuar más.

Una estrategia muy interesante para poder hacer esto es intentar jugar todas las letras que tengamos en la mano los jugadores y utilizar poco las de colores para que de repente alguien diga ¡cambio! y las demos la vuelta para volver a tener en nuestras manos mayoría de letras.

También es cierto que hay que tener en cuidado porque no todas las letras tienen asteriscos o incluso hay letras que tienen más asteriscos que otras pero formar palabras con ellas será mucho más difícil.

Jugaremos hasta que una de las dos situaciones de final de partida aparezca: o que el tiempo marcado se agote o que ninguno de los jugadores tenga cartas en la mano. Pararemos el juego y cogeremos el montón de cartas de letra de encima de la mesa para hacer recuento de asteriscos y ver qué tal nos ha ido en esa partida.

Si la partida ha terminado porque el tiempo se ha agotado, deberemos restar 1 punto por cada carta que tengamos aún en las manos, de ahí la importancia en intentar deshacerse de las máximas posibles.

La última hoja del libreto de instrucciones nos muestra una tabla donde podremos apuntar el resultado obtenido y así ir comparando partida con partida si nos hemos superado o no.

Si hablamos de su escalabilidad, éste juego tiene un rango de hasta 8 jugadores y tenemos que decir que funciona bien a cualquier número pero que, cuantos más seamos en la partida, mejor lo pasaremos.

El tiempo de partida aumenta, como hemos visto, 30 segundos por jugador que participe así que si somos más personas, más cabezas pensando, más durará la partida pero también tendremos más cartas en las manos de las que deshacernos antes de que el reloj marque el final de la partida.

A dos, tres o cuatro personas también es muy divertido y funciona bien pero habrá más rotación de cartas en el centro y más dudas sobre las palabras que suelta cada jugador si aumentamos el número de personas.

Analizando su rejugabilidad, tendremos juego para rato. El azar de colocar las cartas por ambas caras mezcladas, el que repartimos 6 a cada jugador de las 53 que incluye la baraja y que nuestra mente puede asociar conceptos muy diferentes en cada ocasión, son los factores que hacen que podamos jugar y disfrutar de Walkie Talkie infinitas veces sin llegar a cansarnos.

Por cerrar la reseña, decir que Walkie Talkie es un juego cooperativo en el que jugaremos de manera simultánea y a contrareloj para conseguir sumar los máximos asteriscos posibles bajo las cartas de letra mientras asociamos colores a conceptos que empiecen con la letra o color que dejamos sobre la mesa. Dejad volar vuestra imaginación, concentraros y disfrutad de las partidas de este divertido y frenético juego en el que si os bloqueáis solamente tendréis que utilizar las palabras clave del Walkie talkie ¡Corto y cambio!

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