En Atomic Bond! te adentrarás en un viaje interestelar hacia la Nebulosa del Águila, una nube de gas y polvo constituida por hidrógeno y helio y otros compuestos químicos. Allí, tu misión será recoger todos los elementos químicos que puedas y combinarlos de todas las maneras posibles.
Así se nos presenta éste juego creado por Pablo Ortega, un profesor de Física y Química especializado en el aprendizaje mediante juegos y prácticas lúdicas que ha contado con la ayuda de Mili Koey para las ilustraciones. Nos lo trae en éste 2020 la editorial Tero Ediciones (anteriormente Editales).
Ficha
- Número de jugadores: 2 a 4
- Edad Mínima: 8 años
- Duración: 30 minutos
- Interacción: Competitivo
- Mecánicas: Card Drafting
- Versiones: No
- Expansiones: No
- Editor: Editales – Tero Ediciones
- Año de publicación: 2020
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¿Cuál es su contenido?
- 110 cartas de elementos químicos
- 1 reglamento
¿De qué trata?
En éste divertido y educativo juego tendremos que conseguir hacer las mejores combinaciones de elementos de la tabla periódica durante nuestro turno para poder ganar esa ronda y hacernos con todas las cartas que se hayan jugado.
Si no nos es posible, podremos intentar salvar la situación mediante jugadas especiales que nos harán ganar algunas cartas pero que no nos harán vencedores en ese momento.
Si conseguimos ser los que más cartas tenemos cuando se acabe el mazo de robo llamado nebulosa, seremos los vencedores.
¿Cómo se juega?
Empezaremos barajando todas las cartas y dejándolas en la parte central de la mesa, formando un mazo al que llamaremos nebulosa.
Después repartiremos 5 cartas a cada jugador, de una en una, ya que en turnos finales es posible que no haya cartas suficientes para todos.
Deberemos nombrar al jugador inicial y después irá rotando el turno hacia su izquierda, en el sentido de las agujas del reloj.
Durante nuestro turno podremos realizar una combinación de cartas o varias, tantas como nos sean posibles con las cartas que tenemos en la mano. El objetivo será conseguir una puntuación mayor que la que consigan el resto de jugadores combinando los distintos elementos químicos de nuestra mano.
Podemos ver aquí como se divide una carta y sus diferentes elementos:
Para que nuestras combinaciones sean efectivas, iremos dejando las cartas que las componen en el centro de la mesa, zona a la que llamaremos reactor.
No solamente tendremos la opción de conseguir hacer combinaciones para conseguir puntos sino que también podremos hacer jugadas especiales cuyo efecto se aplica al momento. Ejemplos de acciones son coger nuevas cartas de la nebulosa, robar elementos del laboratorio del resto de jugadores (su zona privada de juego) o rebuscar entre los residuos (cartas eliminadas del juego por cualquier motivo).
Cada uno de nosotros iremos desvelando uno a uno nuestra o nuestras combinaciones por lo que si vemos que nuestra combinación no nos hará ganar el turno, podremos no mostrarla y reservarla. Si tomamos esta decisión, deberemos deshacernos de 3 cartas (o todas las de la mano si tenemos menos) y dejarlas en el reactor, hayamos o no realizado una jugada especial.
El jugador o jugadores que hayan hecho las combinaciones de elementos que sumen más puntos bond! habrán ganado ese turno y recogerán todas las cartas del reactor para dejarlas en su laboratorio.
Si varios jugadores empatan a puntos, repartirán las cartas a partes iguales y si hubiera alguna que sobre, se dejará en el reactor para el próximo turno.
Empezaremos un nuevo turno robando de la nebulosa hasta tener 5 cartas de nuevo y repetiremos la misma mecánica cambiando de jugador inicial.
Fin de la partida
Jugaremos turnos hasta que se terminen las cartas de la nebulosa, el mazo de robo. Una vez se desencadene el final de partida, nos restaremos un punto por cada carta que nos haya quedado en la mano sin jugar y sumaremos las cartas que tenemos en el laboratorio.
Ganará el jugador que más puntos haya conseguido.
¿Cuál es nuestra valoración?
Atomic Bond! es un juego sencillo que se explica muy rápido, se disfruta mientras se juega y tiene un alto componente educativo.
Su autor ha querido hacer llegar de una manera divertida y amena las combinaciones entre los elementos de la tabla periódica mediante un juego de cartas para estudiar química de una manera entretenida y dejando ver que no tiene porqué ser aburrido conocer estos conceptos en el aula o repasarlos en casa si sabemos cómo hacerlo. Implicamos a los alumnos durante el proceso de aprendizaje de una manera muy natural y amena haciendo que aprendan algo que es necesario conocer sin ser aburrido de interiorizar.
Estamos ante una aventura que nos hace conocer en profundidad todas las posibilidades de los elementos que componen éste universo sin tener que tener necesidad de conocimientos previos.
Su caja, manejable y transportable, tiene un diseño desenfadado y unos colores llamativos que hacen que despierten nuestra curiosidad por querer viajar en el cohete que muestra su portada.
En el interior vienen cartas, de buen tamaño y gramaje con varios apartados y un dibujo central. Bien es cierto que en un primer vistazo su distribución puede llegar a abrumar pero una vez que situamos y entendemos todos sus rótulos, estaremos cómodos jugándolas.
Todas las ilustraciones han sido diseñadas con esmero y una pizca de humor para dejarnos grabados en nuestra memoria visual los diferentes elementos con los que nos cruzaremos en nuestro viaje interestelar.
Como vemos a simple vista, tiene dependencia total del idioma porque sus cartas contienen texto y estaremos más cómodos si lo jugamos sobre una superficie ya que tendremos varios montones o zonas donde dejar las cartas.
Sin duda, éste juego es todo un acierto para poder llegar al máximo número de alumnos posible y hacer que su interés por ésta temática crezca en las aulas y fuera de ellas.
Nuestro objetivo será unir diferentes elementos químicos para lograr mejores combinaciones que las del resto de oponentes en esa ronda. Nos recuerda a cualquier juego de la baraja clásica en el que tenemos que ganar mediante bazas. Los enlaces atómicos que podremos conseguir irán asociados a una puntuación en bonds! que será superior en función de la complicación o rareza de esas combinaciones.
Ese modo de juego se complementa con otras acciones que podremos elegir si no tenemos cartas para combinar o cartas que nos den buenas puntuaciones. Robar cartas a otros, recoger cartas nuestras para tener más opciones de combinar son algunas de las opciones que tendremos para mejorar nuestra mano o nuestro mazo de puntos para que luego intentemos obtener la victoria al final de la partida.
Todo esto está ideado para poder ir más allá de memorizar nombres técnicos de elementos químicos o sus uniones, no requiere de conocimientos previos y su finalidad es que con ésta sencilla mecánica los chavales y no tan jóvenes retengan esa información de manera fácil y divertida que se cuela en nuestras cabezas sin que nos demos casi ni cuenta.
Algo que nos ha gustado es ese momento de pausa en el que es el turno de otro jugador y que nosotros mismos aprovechamos su tiempo de pensar para poder leer bien nuestras cartas y cavilar nuestras propias jugadas. Es ahí cuando más información absorbemos porque queriendo combinar nuestras cartas para conseguir más bonds! en el próximo turno, aprendemos las combinaciones y los resultados que producen varios elementos químicos.
Su escalabilidad es bastante buena llegando a ser brillante cuando nos sentamos 4 personas a jugarlo. Al ser más jugadores, la lucha o las decisiones a tomar en cada turno para ser los que más bonds! conseguimos serán más complicadas. Ésto se debe a que el jugador que inicia esa ronda deberá sacar sus cartas a la palestra dando una puntuación de salida que, si es baja, podrá ser fácil de superar pero, si ya es potente desde el primer momento, a nosotros puede sernos difícil de superar y quizá debamos tomar la decisión de hacer acciones simples y descartar tres de nuestras cartas al reactor. A veces las jugadas especiales pueden llegar a ser más eficaces que los propios puntos porque nos hacen reservar cartas buenas para otro turno en el que puede que tengamos más posibilidades.
Bien es cierto que a 3 jugadores las partidas pueden ser similares a si somos 4 pero cabe resaltar que al ser más personas deberemos estar atentos para poder tener las mejores combinaciones posibles y mejorar nuestra mano si nos fuera posible para conseguir puntos en la siguiente ronda.
Si hablamos de rejugabilidad, en éste juego ese aspecto es muy bueno. Atomic Bond! incluye muchas cartas y como son cogidas al azar del mazo de nebulosa, nunca saldrán las mismas combinaciones. Es verdad que las jugamos todas porque es ahí cuando se acaba la partida pero, repetimos que al tener esa variedad de elementos en forma de cartas, nunca tendrás la sensación de que las partidas son repetitivas.
Hay que permanecer atentos siempre al mazo de cartas de nebulosa y a las cartas que restan en él, porque cuando no queden, se habrá terminado nuestro viaje. Si hemos sido cuidadosos y previsores, no tendremos demasiadas cartas en la mano, por lo que no nos restaremos muchos puntos y tendremos que lamentarnos poco.
No todas las partidas tendrán la misma duración porque dependerá de las cartas que se vayan gastando en cada turno. Si se descartan o utilizan muchas combinaciones, el mazo de nebulosa irá bajando más rápido y por tanto, el final de partida se detonará antes.
Para terminar, podemos decir que Atomic Bond! es un juego educativo muy rápido de aprender en el que nuestras ganas de sacar más puntos nos harán intentar hacer las mejores combinaciones a la vez que mejoramos nuestros conocimientos de los elementos químicos. Al no necesitar tener conocimientos previos, podrá sacarse a todos los públicos y desde un primer momento hará que busquemos la mejor estrategia en cada turno para ser los que arrastremos las cartas de todos sumando así puntos.
Es una propuesta perfecta para tener en las aulas implicando al alumno de una manera muy atractiva y para poder utilizar también en casa mientras repasamos la materia.