¿Qué necesitas? ¿Un abogado? ¿Una economista? ¿O tal vez un informático…? En Meeple Company podrás dirigir tu propia empresa y llevarla a lo más alto cumpliendo con tus objetivos. ¡Que empiece la carrera por el éxito!
Así se presenta este original Meeple Company, un juego creado por José Joaquín Bernal, ilustrado por Lorena Gestido y que ha sido editado por Falomir Juegos.
Ficha
- Número de jugadores: de 2 a 4
- Edad Mínima: 8 años
- Duración: 20 minutos
- Interacción: Competitivo
- Mecánicas: Action Retrieval y Drafting
- Versiones: No
- Expansiones: No
- Editor: Falomir juegos
- Año de publicación: 2021
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¿Cuál es su contenido?
- 4 tableros individuales
- 35 meeples
- 44 cartas
- 20 de acción
- 16 de objetivo
- 4 de departamento principal
- 4 de personaje
- 1 marcador de jugador inicial
- 1 bolsa
- Reglamento
¿De qué trata?
Meeple Company es un juego que te pone a los mandos de una gran compañía en la que deberás tomar las decisiones acertadas para conseguir llegar a lo más alto y ganar a tu competencia.
Para ello, deberás conseguir que los empleados de tu empresa cumplan con tus objetivos de tal forma que tu presidente sea el apropiado, tener a los mejores trabajadores en tu departamento principal y no tener personal prohibido.
¿Cómo se juega?
Preparación
Para preparar una partida a Meeple Company sigue los siguientes pasos:
- Cada jugador debe escoger una de las cuatro compañías disponibles y coger sus siguientes elementos:
- El tablero (y lo coloca frente a él)
- Las 5 cartas de acción
- Las 4 cartas de objetivo
- Meted en la bolsa los siguientes meeples de cada color en función del número de jugadores:
- Dos jugadores: 5 de cada color (excepto 4 amarillos)
- Tres jugadores: 6 de cada color
- Cuatro jugadores: 7 de cada color
- Barajad las cuatro cartas de departamento principal y repartid una al azar a cada jugador. Este será su objetivo del departamento principal y deberá colocarlo, bocabajo, en su zona del tablero.
- Cada jugador coge sus cuatro cartas de objetivo:
- Retira en secreto el color que ya tiene en el objetivo de su departamento principal.
- Coge dos cartas al azar de las tres restantes y las mira.
- Una de esas cartas la coloca como objetivo de presidencia y la otra como empleado prohibido (ambas bocabajo).
- El resto de cartas se devuelven a la caja.
- Ahora todos los jugadores tienen sus tres objetivos.
- Se elige al jugador inicial, quién cogerá la ficha del despertador.
Desarrollo
La partida se divide en diferentes jornadas de trabajo y cada una de ellas finaliza cuando todos los jugadores han decidido cerrar su compañía por ese día.
Para iniciar una jornada de trabajo se sacan, al azar, de la bolsa al centro de la mesa, los siguientes meeples en función del número de jugadores:
- 2 jugadores: 3 meeples
- 3 jugadores: 5 meeples
- 4 jugadores: 7 meeples
El jugador inicial debe jugar una de sus cinco cartas de acción y llevar a cabo su efecto:
- Contratar: El jugador elige uno de los meeples situados en el centro de la mesa y lo coloca en el hall de su tablero de la compañía.
- Trasladar: Elige a uno de los meeples situados en la zona de trabajo de la compañía del jugador y lo coloca en el hall del tablero de otro de los jugadores.
- Congreso: El jugador elige un meeple de su zona de trabajo o del centro de la mesa y lo descarta. Todos los jugadores, si pueden, deberán coger uno de los meeples del mismo color de su zona de trabajo y lo descartan igualmente.
- Cerrar: Se cierra la empresa para esta jornada de trabajo.
- El jugador no podrá realizar más acciones.
- La empresa no podrá recibir ningún meeple más.
- Todos los meeples que se encuentren en el hall pasan a formar parte de la plantilla.
- El primer jugador que realice esta acción en cada jornada laboral, se llevará la ficha de jugador inicial para la siguiente jornada laboral.
Una vez que el jugador ha usado una de sus cartas y ha ejecutado su acción, le toca al siguiente jugador que deberá hacer lo mismo. Es muy importante tener en cuenta que ninguna de las cartas que hayan sido jugadas podrán volverse a jugar hasta que no finalice la jornada de trabajo de todos los jugadores, es decir, hasta que todos los jugadores hayan jugado la carta de cierre de empresa.
Cuando se hayan terminado todos los meeples del centro de la mesa, se sacan más de la bolsa hasta que todos los jugadores hayan utilizado su carta de cierre de la empresa.
En ese momento comenzará una nueva jornada de trabajo y:
- Los jugadores recuperarán todas sus cartas jugadas.
- Se sacarán nuevos meeples de la bolsa.
- Comenzará esta nueva ronda quien tenga la ficha de jugador inicial.
De esta forma se irá jugando turno tras turno hasta que se hayan puesto en juego todos los meeples de la bolsa. En ese momento, se cogen todos los meeples que estén en la zona de descarte y se vuelven a meter en la bolsa para iniciar una segunda vuelta.
Fin de la partida
La partida finaliza cuando la bolsa de meeples quede vacía por segunda vez. En ese momento se juega la última jornada de trabajo sabiendo que ahora, tanto la contratación como el traslado, hacen que los meeples vayan directamente a la zona de trabajo y no al hall y que cualquiera de ellos podría ser enviado a algún congreso.
Una vez que finalice esta última jornada, se comprueban los tres objetivos de los jugadores.
El jugador que consiga más objetivos gana la partida.
En caso de empate se tendrán en cuenta las siguientes situaciones, en el siguiente orden:
- Gana el jugador que más meeples tenga en su departamento principal.
- El jugador que más meeples amarillos tenga será el ganador teniendo en cuenta que cada meeple de un color distinto a sus objetivos le resta un meeple amarillo.
- Quién haya cerrado antes la última jornada laboral.
Modo avanzado
Para jugar en el modo avanzado se juega exactamente igual pero se deberán utilizar las 4 cartas de personaje. Se repartirá al azar uno de estos roles a cada uno de los jugadores al comienzo de la partida. Estos la mirarán y la conservarán en secreto hasta el final de la partida.
Cada una de las cartas representa a un empleado nuevo de la empresa que le proporciona las siguientes habilidades:
- Vicepresidente: El jugador puede tener en la compañía hasta dos meeples del color del objetivo del presidente.
- Dirección de recursos humanos: Se pueden transformar 1 o 2 de sus meeples amarillos en el color de su objetivo del departamento principal.
- Guardia de seguridad: El jugador puede tener en su compañía un meeple del color prohibido.
- Infiltración: Al final de la partida, el jugador puede intercambiar las cartas de objetivo de presidente con la de prohibido.
¿Cuál es nuestra valoración?
Con Meeple Company nos encontramos ante un juego de mesa de corte familiar en el que cada jugador seremos los dueños de una empresa y tendremos que ir contratando a los empleados en función de nuestros objetivos. Un planteamiento y un nombre muy seductor para los amantes de los meeples, quienes son los protagonistas de este juego que nos hará pensar un poco más de lo que puede parece en un principio.
Antes de entrar en el juego y sus mecánicas, queremos destacar que el arte y los componentes de Meeple Company son sencillos pero muy cuidados. Sin ir más lejos, la caja, que es de tamaño medio, tiene una ilustración en su portada que nos recuerda mucho a los clásicos dibujos amigables de las series de animación que hacen que tenga un toque desenfadado que encaja muy bien para este tipo de juego familiar.
Cuando la abrimos, nos encontramos, junto con una bolsa, con un buen montón de meeples personalizados en cinco colores. Decimos que son personalizados porque, aunque tienen claramente la forma humana típica de un meeple, no son los clásicos meeples del Carcassonne, sino un poco más grandotes y más estilizados.
También nos encontramos, dentro de la caja, con todas las cartas, que cuentan también con ilustraciones sencillas pero muy funcionales, la ficha del marcador de jugador inicial, que es un reloj despertador y con la joya de la corona, los cuatro tableros de las cuatro empresas participantes. El diseño de estos tableros está muy cuidado y todos cuentan con detalles en las ilustraciones muy simpáticos. Si os fijáis bien encontraréis algunas anécdotas graciosas de sus trabajadores.
Por tanto, podemos decir que la producción de Meeple Company es sencilla pero de buena calidad.
Ahora si, hablando sobre sus mecánicas, nos encontramos con un juego sencillo de reglas que utiliza un sistema de cartas que contienen las acciones necesarias que pueden realizar los jugadores para seleccionar a los trabajadores que quieren que formen parte de su empresa.
Es decir, al comienzo de la partida, cada jugador dispone de cinco cartas y cada una de ellas tiene una acción. Cuando llega el turno del jugador, simplemente tiene que jugar una de estas cartas y ejecutar su acción. La gran dificultad se encuentra en saber cuál utilizar, y no solo por saber cuál es la acción que más conviene al jugador en ese momento, sino porque una vez ejecutada dicha carta, no podrá volver a ser utilizada hasta que la pueda recuperar.
Es un sistema parecido al que usan otros juegos como Concordia con la diferencia de que en éste último, una vez que un jugador jugaba el “Tribuno” y recuperaba sus cartas, en el turno siguiente puede seguir jugando, mientras que en Meeple Company el timing también es muy importante porque cuando juegas la carta de cierre, recuperas las cartas pero no puedes jugar hasta que todo el mundo haya jugado el cierre y comience una nueva jornada laboral.
Obviamente, aquí las acciones están encaminadas a contratar a los meeples que hay disponibles en el centro de la mesa, a traspasarlos a la compañía de alguno de nuestros rivales o a mandarlos de congreso. El cometido de estas acciones no es otro que intentar cumplir con los objetivos ocultos que tenemos cada uno de los jugadores en nuestro tablero y aquí es donde entra otra de sus grandes mecánicas, el faroleo.
Al principio de la partida todos escogeremos al azar un carta que nos indicará el color de los meeples que debemos tener en nuestro departamento principal, es decir, el color de meeples que deben ser más numerosos en nuestro tablero para conseguir dicho objetivo. Además, luego tendremos otros dos objetivos que determinan cuál es el color del meeple que será tu presidente y cuál será el color del meeple que está prohibido tener en tu compañía al finalizar la partida.
Esto hace un total de tres objetivos que los jugadores tendrán ocultos y el resto de rivales conviene que no sepan para no fastidiarte su consecución. Por ello, es muy importante que tus acciones no dejen ver claramente tus objetivos y la gente no los tenga claros desde el principio, ya que te harán lo imposible para hacerte perder.
Incluso ocurre lo contrario, es decir, sería muy sabio por tu parte intentar descubrir rápidamente cuáles son los objetivos de tus rivales para intentar robarles los meeples que le interesan o mandarle aquellos meeples que sabes que tiene prohibido tener. Todo esto genera una tensión muy adictiva y divertida entre los jugadores a la hora de ejecutar las acciones y saber si lo hacen porque realmente les interesa ese movimiento o porque intentan despistar.
Es importante tener en cuenta que existen cuatro colores de meeples que se encuentran entre todos los objetivos pero, en cambio, hay cinco colores de meeples. Esto se debe a que el meeple amarillo es un meeple que ayuda en las estrategias de cada jugador y permite desempatar.
Además, el juego cuenta con un pequeño modo avanzado que consiste en cuatro personajes que se reparten al azar entre los jugadores al comienzo de la partida y que profundizan un poco más en este sentido del faroleo pudiendo tener contratado algún meeple prohibido, tener dos presidentes, cambiar de departamento hasta dos meeples amarillos o incluso intercambiar los objetivos de presidente y trabajador prohibido entre ellos.
Como vemos, sus mecánicas son bastante sencillas de entender pero esconden más estrategia de lo que pueden parecer en un principio y aunque el juego siga manteniéndose dentro de un corte muy familiar tiene la suficiente chicha para los más jugones que podrán utilizarlo a modo de filler.
Con respecto a su escalabilidad, el juego va de 2 a 4 jugadores y funciona perfectamente a cualquiera de sus números. De hecho, el juego está planteado de tal forma que, en función del número de jugadores, se deben meter a la bolsa un número diferente de meeples y se deben sacar de ella también un número distinto. Por tanto, en este sentido, está muy bien compensado e independientemente del número de jugadores, los meeples con los que juguemos serán proporcionales.
Es cierto que cuántas más empresas estén compitiendo, más interacción habrá entre los jugadores y más descontrol puede existir. Por ejemplo, si se juega a cuatro jugadores, se habrán repartido todas las cartas de objetivo del departamento principal, es decir, cada jugador tendrá que ir a por uno de los colores, pero para elegir el presiente o el trabajador prohibido es muy probable que alguno de los jugadores coincida y la lucha por hacerse o deshacerse de los meeples que no interesan es muy divertida. Además, no será tan fácil conocer los objetivos de nuestros rivales porque hay que estar pendiente de todos los movimientos que hacen y jugando cuatro personas es una tarea difícil.
A dos jugadores, por el contrario, el marcaje que podremos hacer a nuestro rival es mucho mayor y podríamos intuir con más facilidad a por qué meeples va y a por cuáles no. Obviamente, jugando a dos jugadores gana muchos más enteros la posibilidad de jugar al despiste todo el tiempo para que nuestro rival no se percate de nuestros intereses hasta el final para que no fastidiar nuestros objetivos.
Otra de las características por las que destaca Meeple Company es por su alta rejugabilidad. El hecho de que los objetivos del departamento sean escogidos al azar y que el resto de objetivos sean elegidos por los jugadores, hace que cada partida, los mismos jugadores, tengan objetivos diferentes. Pero lo que aporta una mayor rejugabilidad, sin duda, es que los meeples por los que hay que luchar en cada turno son sacados totalmente al azar y que la estrategia que va a llevar cada jugador a la hora de jugar sus cartas y farolear puede ser totalmente distinta.
De hecho, lo que suele ocurrir, y como las partidas son relativamente cortas, es que todos los jugadores quieran volver a probar suerte con una nueva partida en cuanto se acabe una para ahora cambiar de estrategia y de objetivos e intentar hacerlo mejor.
Por todo lo que hemos visto, queremos concluir diciendo que Meeple Company tiene todas las cualidades para ser un juego familiar que brille. Tiene unas divertidas y sencillas mecánicas que harán pasar un buen rato a los jugadores tratando de completar la plantilla de trabajadores de su empresa engañando al resto de sus rivales. Además de ser un juego que escala bien y con mucha rejugabilidad, cuenta con un arte cuidado y simpático que hará sacar más de una sonrisa a los jugadores.
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