Pócimas y brebajes

Alfonso Vazquez noviembre 22, 2019 REVIEWS 0 comentarios

En Quedlinburg no faltan los charlatanes dispuestos a vender Pócimas y Brebajes a todos los transeúntes. ¿Serás tú el que consiga hacerse con la mayor fortuna al final de la partida?

Así se nos presenta este juego, ganador del Kennerspiel de Jahres de 2018. Publicado por Schmidt Spiele, diseñado por Wolfgang Warsch e ilustrado por Dennis Lohausen.

Ficha

Número de jugadores: de 2 a 4
Edad Mínima: 10 años
Duración: 45 minutos
Interacción: Competitivo
Mecánicas: Push your luck (exprime tu suerte) y Deck building (Construcción y compra de cartas/piezas)
Versiones: No
Expansiones: No
Editor: Schmidt Spiele, Devir
Año de publicación: 2018
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¿Cuál es su contenido?

4 tableros de caldero
4 viales
4 bolsas
17 marcadores (8 de gota, 4 de rata, 4 de puntuación y uno de ronda)
1 tablero de ronda
24 cartas de pitonisa
20 rubíes
12 libros de ingredientes
215 pizcas de ingredientes (Blancas, Naranjas, Verdes, Azules, Rojas ,Amarillas, Moradas y Negras)
1 dado de bonificación
4 sellos de 50 puntos
1 reglamento

¿De qué trata?

En Pócimas y Brebajes, los jugadores representarán a unos timadores de poca monta que preparan pociones para su venta. Su objetivo es intentar realizar la mezcla más valiosa tratando de utilizar diferentes ingredientes.

Deben de tener cuidado ya que dependiendo de los ingredientes que utilicen para hacerla, pueden llegar a provocar una terrible explosión echando todo a perder.

Los jugadores comenzarán con una serie de ingredientes base y a medida que vayan obteniendo buenas mezclas podrán ir consiguiendo nuevos ingredientes para que, en futuras rondas, puedan hacer pócimas cada vez más sofisticadas y poderosas.

¿Cómo se juega?

Para empezar, deberemos repartir un caldero a cada jugador, además de una ficha de gota, otra de rata, el vial de su color, y un rubí.

Cada uno coge una bolsa de tela y la rellena con:

1 pizca blanca de valor 3
2 pizcas blancas de valor 2
4 pizcas blancas de valor 1
1 pizca naranja de valor 1
1 pizca verde de valor 1

Se coloca el tablero de puntuación con la gota amarilla en el turno 1, y las fichas de jugadores en el 0. Se separan las pizcas por color y se barajan las cartas de pitonisa.

Por último, se colocan los libros de conjuros teniendo en cuenta el nivel de dificultad y el número de jugadores que seamos.

Una vez estemos preparados, podremos empezar la partida.

Una partida de Pócimas y Brebajes se desarrolla a lo largo de 9 rondas. Cada ronda se compone de tres fases:

Fase I: Preparación de la Ronda

En esta ronda se realizan los siguientes pasos:

Se avanza el marcador de ronda y se aplica el efecto de la nueva casilla.
Todos los jugadores, salvo el que vaya en cabeza, colocan su marcador de rata tantas casillas hacia adelante en su tablero de caldero como colas de rata haya entre su marcador de puntuación y el del jugador en cabeza.
Se revela la siguiente carta de pitonisa, se lee en voz alta y se aplica su efecto.

Fase II: Pócimas y Brebajes

Esta fase es resuelta por los jugadores de forma simultánea (salvo en la última ronda que se tendrá que hacer de forma sincronizada).

Cada jugador irá extrayendo pizcas, de una en una, de su bolsa y deberá colocarlas en su tablero de caldero.

Cada vez que se extraiga una pizca, se deberá situar tantas casillas hacia adelante como indica su valor. Así, una pizca de valor 1 se colocará inmediatamente después de la última pizca colocada, mientras que, una pizca de valor 2, se colocará 2 espacios hacia adelante (dejando 1 hueco desde la última pizca colocada).

Tras colocar una pizca, el jugador puede decidir sacar una nueva o dejar de sacar (se planta) y esperar a que todos los jugadores finalicen su extracción.

Dependiendo del color de la pizca que haya sacado se pueden dar los siguientes casos:

Pizcas blancas: si el valor en suma de todas las pizcas blancas situadas en el tablero (incluida la recién colocada) sobrepasan la cantidad de 7, el caldero explota. Si esto ocurre, el jugador no podrá seguir sacando pizcas, finalizando su participación en esta fase. Este es el motivo por el que un jugador quiere o no arriesgarse a seguir sacando pizcas de su bolsa.

Pizcas azules/rojas/amarillas: Las pizcas aplicarán un determinado efecto que se resuelve en el momento de colocar la pizca en el caldero.

Pizcas verdes/negras/moradas: durante esta fase no aplican su efecto (pero sí lo harán en la fase siguiente).

Pizcas naranjas: no aplican efecto.

La fase finaliza una vez todos los jugadores han terminado de extraer pizcas (por decisión propia o porque el caldero les ha explotado).

Hay que tener en cuenta que en esta fase todos los jugadores tienen en su poder un vial. Si el jugador utiliza el vial, podrá volver a introducir en la bolsa una pizca blanca que acabe de extraer, siempre y cuando ésta no provoque la explosión de su caldero. Una vez utilizado, el vial queda agotado y no podrá emplearse hasta que se vuelva a llenar.

Fase III: Resolución

En esta fase es donde se irán otorgando los diferentes puntos de victoria o ventajas de la ronda en función de las pizcas que hayan ido colocando los jugadores en su caldero.

Se compone de:

Dado de bonificación: el jugador que haya llegado más lejos en el track del caldero sin que haya explotado, podrá lanzar el dado y recibir la bonificación resultante. En caso de empate, todos los jugadores empatados recibirán la recompensa.
Pizcas verdes/moradas/negras: se aplica el efecto de las pizcas de estos colores según la disposición en los calderos de los jugadores, independientemente de si explotaron o no.
Rubíes: si el siguiente espacio al que ocupa la última pizca colocada muestra un símbolo de rubí, el jugador recibirá 1 rubí de la reserva, independientemente de si el caldero explotó o no.
Sumar puntos de victoria: cada jugador se anota tantos puntos como el valor indicado en el cuadro del siguiente espacio al último en el que se ha colocado una pizca.
Comprar nuevas pizcas: con los puntos indicados en la burbuja del siguiente espacio al ocupado por la ultima pizca colocada, se podrán comprar nuevas pizcas, que se introducen en el saco para jugarlas en la siguiente ronda. El coste de estas pizcas viene determinado en el libro de conjuros de cada color. En la última ronda no se podrán comprar pizcas, sino que estos puntos se convertirán directamente en puntos de victoria, a razón de 5 puntos de compra igual a 1 punto de victoria. Además, es importante tener en cuenta que si el caldero le ha explotado a algún jugador, solo podrá escoger una de los dos últimas opciones. Es decir, tendrá que elegir si recibir puntos de vitoria o comprar nuevas pizcas.
Usar Rubíes: el jugador puede gastar parejas de rubíes en las siguientes opciones:
1. Voltear el vial (se vuelve a colocar por el lado relleno).
2. Avanzar el marcador de gota en el caldero 1 casilla.
3. En la última ronda se podrán cambiar 2 rubíes por 1 punto de victoria.

Tras esto, si no se ha acabado la partida, los jugadores vuelven a meter en sus bolsas las pizcas de su caldero, colocan el marcador de rata en el cuenco y se procede con una nueva ronda.

Final de la partida

La partida finaliza al término de la novena ronda. El jugador con más puntos de victoria será el vencedor. En caso de empate, ganará el jugador que logró llegar más lejos en su caldero en la última ronda. Si aún persiste el empate, los jugadores comparten la victoria.

¿Cuál es nuestra valoración?

Pócimas y brebajes es un juego euro familiar de peso medio-ligero con unas mecánicas de press your luck y bag building muy entretenido, efectivo y emocionante hasta el final.

Con respecto a su estética y componentes podemos decir, en términos generales, que es un juego muy bien producido. Tanto la caja como sus componentes mantienen claramente una línea con el público al que va dirigido. Ilustraciones alegres, desenfadadas y llenas de color. Además, el plus de los libros que son losetas grandes en vez de haber sido cartas, hacen que sea un punto a favor que se agradece.

Como decimos, una de sus mecánicas principales es el press your luck, o en castellano «forzar la suerte». Esto se traduce en que cada jugador, que empieza con 9 pizcas en su bolsa (7 blancas, 1 naranja y 1 verde), tendrá que ir sacando pizcas de una en una de la bolsa hasta que se plante. ¿El objetivo? Intentar llegar lo más lejos posible en el track del caldero sin que éste explote, cosa que ocurrirá en el momento que saquemos pizcas blancas con un valor superior a 7. Por tanto, cada vez que sacas una pizca, el jugador tiene el dilema de seguir sacando más y mejorar su caldero, con el peligro de que pueda explotar, u optar por una estrategia conservadora y plantarse.

Por el otro lado, tenemos la otra mecánica principal que es la de bag building, o «construcción de bolsa». Esto es porque al final de la ronda, cada jugador con los puntos obtenidos en su caldero podrá comprar más pizcas que deberá introducir en su bolsa para la siguiente ronda. De esta forma, en cada ronda tendremos mejores pizcas que nos irán permitiendo realizar mejores combos (ya que hay algunas que son complementarias a otras), avanzar más espacios en el track y lo más importante: estadísticamente tendremos menos posibilidades de que salgan las pizcas blancas que harán volar por los aires nuestro caldero.

Así, con esta construcción de bolsa mezclada con forzar la suerte, tendremos un juego en el que cada participante intentará generar la mejor bola de nieve posible a lo largo de nueve rondas. Cuanto más lejos logremos llegar, más tendremos para gastar y, por tanto, más probabilidades de alcanzar un nuevo récord en la siguiente ronda.

Así pues, estas dos mecánicas hacen que las reglas del juego sean sencillas y se resuman en tener que tomar dos decisiones importantes: sacar o no sacar una pizca más y qué pizcas comprar para la siguiente fase.

Para compensar las diferencias en puntuación después de cada ronda y que la partida se mantenga relativamente competida hasta el final, a los jugadores que vayan retrasados se les compensará con unos avances iniciales adicionales en función de la distancia entre los marcadores de puntos.

Con respecto a la escalabilidad decir que es un factor bien medido. Básicamente la parte más importante del juego que es ir sacando pizcas de la bolsa lo hacen todos los jugadores a la vez, por tanto casi se juega durante el mismo tiempo si juegan dos jugadores o si lo hacen cuatro.

Además, la rejugabilidad es muy alta, principalmente porque en cada partida tendremos diferentes configuraciones de los libros de conjuros que podremos elegir antes de empezar que, junto con que en cada ronda la pitonisa puede variar la partida ligeramente y que cada jugador al final acabará comprando distintos ingredientes, hace que cada partida sea bastante diferente al resto.

Quizá el punto más flojo del juego es su interacción, prácticamente nula entre todos los jugadores. De hecho, puede parecer que peca un poco de ser un juego multisolitario. Especialmente esto es debido a que en la fase de sacar ingredientes, tenemos que hacerlo todos a la vez y al final estás preocupado de tu caldero y apenas observas lo que hacen los demás. Es más, si hechas un vistazo a los demás, básicamente es para ver si su caldero ha explotado y a qué nivel se ha quedado para tu jugar en consecuencia ya que el decidir forzar o no muchas veces dependerá de lo que estén haciendo el resto de jugadores.

Quizás esto se hubiera arreglado obligando a los jugadores a jugar de forma sincronizada todas las rondas y no solo la última. Nuestras últimas partidas las hicimos de esta forma y es cierto que gana enteros a pesar de que se hace un poco más lento.

En definitiva, Pócimas y Brebajes es un juego muy divertido, con mucha rejugabilidad y que se puede sacar a cualquiera debido a la sencillez de sus reglas. El puntito de riesgo a la hora de sacar pizcas blancas da un toque de tensión muy interesante. Además, aunque el juego sea un tienta a la suerte, la toma de decisiones a la hora de comprar pizcas, mantiene la esencia de poder plantear estrategias basándonos en las probabilidades que hará que no sólo dependas de la suerte para ganar.

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