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Saladin

Saladin es el primer juego de la serie «En orden de batalla». Cada título de esta serie cuenta con un líder medieval legendario y dos batallas en las que destacó. En este caso, recrea las famosas batallas de Hattin y Arsuf, en las que Saladino se enfrentó a las tropas cruzadas de Guy de Lusignan y luego a las de Ricardo Corazón de León.

En Saladin, cada jugador comanda uno de los ejércitos que se enfrentaron. Ordena a tus jinetes que acosen las filas de los cruzados o lanza una carga devastadora con tus caballeros con armaduras pesadas.

Un juego épico diseñado para los amantes de la historia y la estrategia.

Así se presenta Saladin, un juego creado por Denis Sauvage, ilustrado por Ulric Stahl y que nos trae la editorial Draco ideas.

Ficha

  • Número de jugadores: 2
  • Edad Mínima: 14 años
  • Duración: 45 minutos
  • Interacción: Competitivo
  • Mecánicas: Battle Card Driven
  • Versiones: No
  • Expansiones: No
  • Editor: Draco Ideas
  • Año de publicación: 2022
  • Consigue Saladin en Draco ideas

¿Cuál es su contenido?

  • 1 tablero a doble cara
  • 32 cartas
    • 28 de estandarte
    • 4 de líder
  • 115 barritas de madera
  • 28 marcadores
    • 26 de orden
    • 1 de muro de escudos
    • 1 de fuego
  • 6 dados
  • 1 reglamento

¿De qué trata?

Saladin es un wargame histórico para 2 jugadores. En cada uno de los dos escenarios y preparada la batalla, cada jugador, por turnos, dará ordenes a uno de sus Estandartes.

El objetivo es desorganizar los Estandartes enemigos. Para ello, será necesario gastar fichas de orden, cuyo número va disminuyendo.

El jugador que consiga preservar la cohesión de sus tropas conservando las preciadas fichas de orden será declarado vencedor.

¿Cómo se juega?

Preparación

  1. Colocad el tablero en el centro de la mesa y por el lado correspondiente a la batalla que queráis jugar y sentaros uno en frente del otro, eligiendo uno de los bandos.
  2. Leed cuidadosamente las reglas especiales de dicho escenario teniendo en cuenta que Arsuf es más sencillo y el más indicado para jugador las primeras partidas.
  3. Coged cada uno las cartas de estandartes de cada uno de los ejércitos y específicos ese escenario y colocadlas en vuestra zona de juego, por el lado desplegado y cerca del tablero.
  4. Coged las fichas de orden, y cualquier otra ficha que se indique en el escenario correspondiente.
  5. Poned en el tablero, todas las barras necesarias de cada color en su lugar correspondiente.
  6. Dejad, cerca de vuestra zona de juego, los dados de vuestro color.

Desarrollo

La partida se desarrolla a lo largo de un indeterminado número de turnos hasta que uno de los jugadores cumpla la condición de victoria.

Cada turno se divide en 4 fases que se deben realizar en el siguiente orden:

  1. Caos: Comenzando por el segundo turno de la partida, cada jugador retira una orden más otra orden por cada estandarte propio que tenga el jugador contrario y las devuelve a la caja.
  2. Iniciativa: El jugador con menos fichas de orden disponibles es quien tiene la iniciativa. En caso de empate, las reglas del escenario lo especificarán. El jugador con la iniciativa elige quien comienza la fase de activación. Un líder puede tener una acción para ganar la iniciativa y usarla en esta fase.
  3. Activación: Comenzando por el jugador que finalmente tiene la iniciativa, los jugadores alternan turnos para activar uno de sus estandartes o pasar.
    • Activar: Un jugador puede activar un estandarte o al líder:
      • Líder:
        1. Selecciona la acción del líder.
        2. Aplica los efectos de la acción.
        3. Voltea la carta de líder a su cara de orden recibida.
      • Estandarte:
        1. Selecciona la acción del estandarte elegido.
        2. Gasta las órdenes necesarias.
        3. Escoge un objetivo válido para la acción elegida.
        4. Pregunta al jugador rival si el estandarte que recibe la acción quiere realizar una reacción.
        5. Aplica simultáneamente los efectos de la acción por la tirada de dados.
        6. Mueve las unidades en el tablero si el estandarte pasa de sin combatir a trabado o viceversa.
        7. Voltea la carta del estandarte activado a su cara de orden recibida en el caso de que estuviera por la cara desplegado.
    • Pasar: Solo se puede pasar si el jugador tiene volteados todos los estandartes y ya no podrá volver a activar ninguno. El jugador rival, por su parte, podría seguir realizando activaciones hasta que también deba pasar.
  4. Redespliegue: Todas las cartas de estandarte y líderes que aún permanezcan en el juego se voltean para mostrar la cara de desplegado. Las órdenes que se encuentran en la zona de órdenes gastadas se colocan en la zona de órdenes disponibles y pueden volver a ser utilizadas en el próximo turno.

Reglas a tener en cuenta:

  • Un estandarte que muestra su lado de orden recibida puede seguir realizando acciones.
  • Si un jugador no tiene órdenes disponibles y aún tiene estandartes desplegados, el jugador debe activarlo con acciones de coste 0.
  • El coste de activar un estandarte se incrementa dependiendo del número de unidades perdidas previamente por ese estandarte.
  • Un estandarte que se queda sin estandartes objetivo porque ha perdido todas sus unidades, se retira del juego.
  • Las unidades eliminadas se colocan en la tabla de bajas de su ejército. En el momento en el que se llene dicha tabla, el jugador debe retirar una orden, empezando por las disponibles y si no le quedan, entonces una gastada.
  • Un estandarte al que no le quedan unidades en el tablero es eliminado y la carta se la entrega al jugador contrario.

Fin de la partida

La partida termina en el momento en el que alguno de los jugadores retira a la caja su última orden, siendo el jugador contrario el ganador.

En caso de empate, gana el jugador que tuviera el mayor número de órdenes sumando tanto las disponibles como las gastadas justo antes de que acabará la partida. Si el empate persiste, gana quien más unidades tiene.

¿Cuál es nuestra valoración?

Saladin es un wargame para dos jugadores relativamente sencillo que nos mete de lleno en la tercera cruzada proponiéndonos dos de las batallas más icónicas de este comandante musulmán, quiénes trataban de defenderse de los cristianos que habían ido a invadir tierra santa.

En cuanto a su sencillez, casi podríamos decir que el juego podría servir como introductorio a este tipo de juegos.  Es cierto que luego tiene algo más de profundidad de lo que a simple vista parece, pero gracias también a su corta duración, ya que las partidas se pueden terminar fácilmente en una hora, cualquier jugador que no conozca mucho los wargame y quiera acercarse a ellos, no se va a asustar con este. De hecho, para los jugadores avanzados de este tipo de juegos podrían utilizarlo a modo de filler.

El juego viene en un formato de caja pequeña, para ser un wargame, con un estilo artístico bastante conseguido y con unos componentes de bastante buena calidad. Dentro de la caja nos vamos a encontrar unas cartas de buen tamaño, un montón de barritas de madera que simularán las unidades, 6 dados personalizados con las acciones correspondientes (3 para cada jugador), unas cuantas fichas más de madera y sobre todo el tablero de juego.

Este tablero destaca, entre otras cosas, por contener, en uno de sus lados, la escenografía de la batalla de Hatting de 1187 en la que lucharon los musulmanes contra los francos de Lusignan y, por el otro lado del tablero, la representación de la batalla de Arsuf de 1191, en la que lucharon los propios musulmanes contra el ejército de Ricardo Corazón de León.

En este sentido, podríamos decir que, gracias a esta reversibilidad del tablero y gracias a que cada batalla tiene sus propias cartas de estandartes y de líderes, el juego ofrece dos juegos en uno.

Con respecto al juego en sí, la mecánica principal es la clásica batalla dirigida por cartas en la que los jugadores, en su turno, deberán activar alguna de sus cartas, llamadas estandartes y que representan a un grupo de sus unidades, y elegir una de sus acciones, pagando su coste en fichas de orden, y ejecutarla. Hay que quedarse con el concepto de ficha de orden que es la clave de todo el juego como luego veremos.

La preparación de la partida es sencilla y relativamente rápida. Tan solo debemos elegir la batalla que queremos jugar y abrir el tablero por el mapa correspondiente. Acto seguido, los jugadores deberán colocar todas las barritas de madera en su posición inicial, coger todas las cartas que pertenezca a dicha batalla y colocarlas frente a él por el lado activo y, por último, coger las fichas de orden y cualquier otra ficha extra que indique el escenario.

La partida se desarrolla en turnos que tienen 4 fases bien diferenciadas: La primera fase, que en el primer turno se salta, consiste básicamente en retirar una ficha de orden a cada jugador y otra orden extra por cada estandarte propio que el rival haya conseguido. La segunda fase es básicamente determinar quién es el jugador que tiene la iniciativa en este turno y lo será aquel que tenga menos fichas de orden.

Tras determinar qué jugador tiene la iniciativa, pasamos a la fase de activación que es donde se encuentra la chicha de todo el juego. Como hemos dicho, todas las cartas representan a las distintas unidades que hay en el tablero y en ellas se indican las diferentes acciones que cada una tiene disponibles, sus efectos y su coste en órdenes.

Por tanto, en esta fase, el jugador debe activar una de estas cartas, elegir la acción que quiere y puede hacer, pagar su coste en fichas de orden y ejecutar la acción. Una vez realizada, el jugador deberá dar la vuelta a la carta para que muestre su lado de orden recibida.

De esta forma, los dos jugadores irán alternando las activaciones hasta que ambos pasen y esto sucederá en el momento en el que ambos jugadores tengan todas las cartas volteadas.

En ese momento comienza la cuarta y última fase del turno, en la que todas las cartas de estandarte y líderes que aún permanezcan en el juego se voltean para volver a mostrar la cara de desplegado. Las fichas de orden que se encuentran en la zona de órdenes gastadas se colocan de nuevo en la zona de órdenes disponibles y pueden volver a ser utilizadas en el próximo turno que comenzará seguidamente con la primera fase del siguiente turno.

Lógicamente, la gracia de todo esto es que con las acciones que los jugadores van realizando deberán ir eliminando las unidades rivales para mermar su ejército y así ganar la partida.  Y es aquí donde aparecen nuestros amigos los dados. Ambos jugadores tienen un juego de tres dados de su color en los que, en sus caras, se muestran o las unidades que eliminan del contrario, la pérdida de fichas de orden o caras vacías.

Obviamente, hay que tener claro que, como pasa en muchos wargames, el azar esta más que presente gracias a ellos. Podrás tomar decisiones muy buenas en el campo de batalla pero podrán irse al traste por culpa de una mala tirada. Pero también puede pasar todo lo contrario y tener en un momento dado un golpe de suerte y remontar algo que se veía estratégicamente imposible. A muchos jugadores puede que este azar les ahuyente pero no hace más que dar heroicidad y emoción a las partidas.

De esta forma, turno tras turno, los jugadores irán utilizando las acciones de sus cartas para ir consiguiendo eliminar elementos del rival hasta que… ¡y efectivamente! aquí es donde se encuentra el quiz del juego y que hay que tener hiper claro y no es otra cosa que las fichas de orden.

Como hemos visto, cada jugador comienza con número determinado de fichas y son las que se utilizan para ir activando las acciones de las diferentes cartas, pero hay que darse cuenta que el turno se termina cuando todos las cartas, incluida la del líder, se han activado.

Por tanto, ¿Qué pasa si un jugador ha gastado todas sus fichas de orden y aún tiene cartas por activar? Para responder esta pregunta solo deberemos ver que las cartas tienen también acciones gratuitas, pero curiosamente, estas acciones gratuitas son malas y nos harán perder a nosotros mismos.

Es decir, la gestión de las fichas de orden y cómo y para qué gastarlas es la clave de todo. Si gastamos muchas en potentes acciones de alguna carta nos daremos cuenta que probablemente tendremos que activar alguna de estas acciones gratuitas de alguna de las otra carta antes de poder pasar ya que nos quedaremos sin ellas. Y eso al principio de la partida, porque con el paso de los turnos, cada vez tendremos menos fichas de orden y por tanto tendremos que tomar más conciencia de qué hacer con las pocas que nos van quedando y empezar a tomar decisiones con mucho riesgo que podrán salir bien o podrán salir mal.

De hecho, son tan importantes que realmente el juego no termina cuando hayamos destruido al otro ejército, sino cuando alguno de los jugadores retira su última ficha de orden, siendo el jugador contrario el ganador de la partida.

Otra de las cosa que hay que tener en cuenta es que a pesar de que es un wargame si que hay cierto nivel de abstracción. Esto se debe a que hay muy pocos movimientos de unidades en en el tablero y los jugadores tendrán cierta capacidad de decisión pero con ciertos límites para ceñirse con bastante exactitud a lo que paso en la batalla real.

Por otro lado, a pesar de que las batallas comienzan siempre de la misma forma y con las mismas unidades desplegadas en el mismo sitio, la rejugabilidad no debería preocuparnos.

No solo porque obviamente al incluir dos batallas diferentes con sus propios tablero y sus propias cartas y fichas, sino sobre todo, porque, como suele ocurrir con este tipo de juegos, la rejugabilidad la ofrece las distintas decisiones que toman los jugadores durante la partida y la suerte con los dados que van teniendo.

De hecho, aunque las batallas son igual de disfrutables, si que se nota una ligera diferencia en cuanto a dificultad y opciones estratégicas de una a la otra. Por tanto, recomendamos empezar por la batalla más básica antes de aventurarnos con la batalla más avanzada para empezar a asimilar conceptos..

Así pues, con Saladin tenemos un wargame ligero para dos jugadores dinámico, emocionante, muy táctico y con mucha presencia del azar que es quien decidirá finalmente si las cosas te salen bien o mal.

Un juego perfecto para iniciarte o dar continuidad a tu iniciación con los wargames e ir conociendo las diferentes mecánicas de este tipo de juego tan características. Si ya estás metido en este mundillo también te puede interesar ya que se puede utilizar a modo de «filler» dentro de los wargames.

Además hay que tener en cuenta que incorpora dos batallas distintas con sus propios componentes y por el precio que tiene y tamaño de la caja tan contenido merece la pena probarlo.

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