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Byzanz

En el bullicioso mercado de Bizancio los lotes de mercancías están disponibles para los comerciantes más inteligentes. ¡Haz tu puja por los mejores lotes, consigue un buen trato en el mercado principal y encuentra el momento propicio para vender las mercancías que has ganado en la puja!

Así se presenta Byzanz, un juego creado por Emanuele Ornella, ilustrado por Doris Matthaus y editado por Mont Taber, sello que pertenece desde el 2021 a la editorial GDM.

Ficha

¿Cuál es su contenido?

  • 1 tablero 
  • 118 cartas
    • 96 de mercancías
    • 16 de mercader
    • 6 de subasta
  • 1 reglamento

¿De qué trata?

Byzanz es un juego de subastas que nos pone en la piel de unos comerciantes en el mercado de Bizancio para participar en las subastas de diferentes lotes de mercancías con el objetivo de venderlas con un suculento beneficio.

El jugador que consiga obtener mayores beneficios en dichas ventas, se convertirá en el ganador de la partida.

¿Cómo se juega?

Preparación

Para preparar una partida a Byzanz sigue los siguientes pasos:

  1. Baraja las 96 cartas de mercancías junto con las 16 de mercader.
  2. En función del número de jugadores, retira un determinado número de cartas de la baraja:
    • 3 jugadores: 4 cartas
    • 4 jugadores: 12 cartas
    • 5 jugadores: 2 cartas
    • 6 jugadores: 4 cartas
  3. Reparte 4 cartas a cada jugador y forma un mazo de robo con el resto.
  4. Coloca las cartas de subasta junto al mazo de mercancías en orden ascendente teniendo en cuenta que en función del número de jugadores se utilizarán las siguientes:
    • 3 jugadores: 2, 4 y 6
    • 4 jugadores: 2, 3, 4 y 5
    • 5 jugadores: 1, 2, 3, 4 y 5
    • 6 jugadores: 1, 2, 3, 4, 5 y 6
  5. Sitúa el tablero en el centro de la mesa.
  6. El jugador inicial será el jugador de la izquierda de quien repartió.

Desarrollo

La partida se desarrolla durante un número indeterminado de rondas hasta que todas las mercancías hayan sido subastadas.

Cada ronda está dividida en dos fases:

  1. Fase de subasta.
  2. Fase del mercado de Bizancio

Fase de subasta

Para comenzar una subasta, se deben robar del mazo un número de cartas de mercancías igual al valor de la carta superior de la pila cartas de subasta. Estas cartas formarán el lote de la primera subasta.

Empezando por el jugador inicial, cada jugador tiene la opción de pujar o pasar:

  • Pujar: el jugador que realiza la primera puja debe colocar frente a sí cualquier número de cartas de su mano teniendo en cuenta que el valor de la puja es la suma del valor de las cartas jugadas. Si no es el que realiza la primera puja, para pujar deberá aumentar el valor de la puja anterior. Si el turno le llega a un jugador que ya ha pujado con anterioridad, podrá volver a pujar jugando cartas de su mano y subiendo así el valor de su puja.
  • Pasar: el jugador que pasa ya no participa en la subasta y si ha pujado con alguna de sus cartas deberá esperar a que finalice la puja para poder recuperarlas.

En el momento en el que todos los jugadores hayan pasado, el jugador que haya ganado la subasta realiza las siguientes acciones:

  • Pone todas las cartas de la puja ganadora en el tablero del mercado ordenándolas por tipo de mercancía y se añaden a cualquier otra carta que estuviera allí presente.
  • Coloca una de las cartas del lote ganado en el mercado.
  • Añade a su mano el resto de cartas ganadas en la subasta.
  • Coge la carta superior del mazo de cartas de subasta y la pone delante suyo, indicando que ya ha ganado una subasta durante esta ronda y, por tanto, no participará en ninguna otra subasta de esta misma ronda.

La siguiente subasta se juega exactamente de la misma forma pero teniendo en cuenta que ahora la carta superior de la pila de cartas de subasta indica otro número y que los jugadores que ya hayan ganado una subasta durante esta ronda ya no participan.

Situaciones especiales de la subasta

  • Si todos los jugadores pasan sin realizar ninguna puja, el jugador que primero haya pasado es el que gana la subasta. No coloca ninguna carta en el tablero de mercado y se lleva todo el lote a su mano.
  • Si es la última subasta de la ronda, el último jugador que quede sin haber ganado ninguna no deberá pujar nada porque no tiene ningún rival.

Una vez que todos los jugadores han ganado una subasta, se pasa a la siguiente fase de la ronda.

El mercado de Bizancio

En esta fase, los jugadores obtienen cartas de mercancía del tablero de mercado.

En orden ascendente, empezando por el jugador que tenga la carta de subasta con menor valor, cada jugador selecciona un grupo de cartas de mercancías de un solo tipo y las llevan a su mano.

Una vez que todos los jugadores han escogido su grupo, las cartas sobrantes se eliminan de la partida.

En el caso en el que aún queden cartas de mercancías en el mazo se vuelve a formar la pila de cartas de subasta y se juega una nueva ronda teniendo en cuenta que el jugador que tuviese la carta de subasta con el menor valor en la anterior ronda, será el jugador inicial de la nueva ronda.

Reglas especiales

Vender mercancías

Un jugador puede vender mercancías en cualquier momento siempre y cuando tenga 3 cartas de un mismo tipo de mercancía. Para ello, simplemente:

  1. Enseña las 3 cartas que quiere vender al resto de jugadores.
  2. Se queda con la carta que tenga el valor más alto, dejándola en la mesa boca abajo a su lado. Éste valor representará el beneficio que ha obtenido el jugador por dicha venta.
  3. Retira del juego las otras dos cartas.

Límite de cartas

Si un jugador tiene más de 7 cartas en su mano, está obligado a vender inmediatamente un grupo de cartas del mismo tipo o descartar cartas de su mano hasta que tenga 7 o menos.

Cartas de mercader

Las cartas de mercader tienen un valor de 0 y no pueden ser usadas en la puja de ninguna subasta.

Estas cartas son comodines y pueden sustituir a cualquier tipo de mercancía a la hora de realizarse una venta con ellas.

En el caso de que un jugador posea tres cartas de mercader, podría venderlos, quedándose con uno de ellos como mercancía vendida, que le otorgará 5 puntos al final de la partida.

Fin de la partida

Una vez se termine la ronda en la que todas las mercancías del juego se hayan subastado, finaliza la partida. En ese momento, los jugadores consiguen sus cartas de mercancías del tablero de mercado como siempre y tienen una última oportunidad de vender mercancías de sus manos.

El jugador que tenga los mayores beneficios será el ganador. En caso de empate, ganará quien tenga más cartas de mercancías que le quedan en su mano.

¿Cuál es nuestra valoración?

Byzanz es el tercero de los juegos del catálogo de la editorial española Mont Taber que sacó a través de Verkami en 2018. Editorial que desde mediados del 2021 ha pasado a formar parte de GDM, trabajando así como sello creativo dentro de esta.

Mismo tamaño y formato de caja que Dr. Jekyll & Mr. Hyde y que El Diablo de la botella para guardar la estética de toda la serie y con el número 3 en su lateral. Con una ilustración en su portada bien tematizada nos traslada a la antigua y famosa ciudad griega de Bizancio, ciudad que se situaba en la parte occidental de la entrada del estrecho del Bósforo, sobre una parte de la actual ciudad de Estambul, y donde vemos a unos mercaderes que intentan ganar su sustento intercambiando bienes.

En cuanto a componentes, en este caso, Byzanz cuenta con nada menos que 118 cartas y, además, incluye un pequeño tablero donde se irán colocando las distintas mercancías que los jugadores querrán ir consiguiendo. Con respecto a las cartas, destacar su buena producción y su buena estética, con ilustraciones sencillas y muy bien conseguidas para representar las distintas mercancías del juego.

Todas estas cartas están divididas en 6 colores distintos para representar los diferentes tipos de mercancías más un tipo extra que representa a los mercaderes. A su vez, las cartas de mercancías están numeradas del 1 al 4, valores que representan tanto el valor de la puja como el beneficio que conseguimos cuando vendemos dicha mercancía.

Con respecto a sus mecánicas estamos ante un juego de subastas que se juegan en rondas divididas en dos fases bien diferenciadas y en las que los jugadores deberán intentar conseguir las mejores mercancías para poder venderlas posteriormente obteniendo la mayor cantidad de beneficios posibles.

En la primera de estas fases, los jugadores deberán pujar por el lote que hay en el mercado. El número de cartas que habrá en cada lote dependerá totalmente del número que se indica en la carta de subasta visible. Estas cartas de subasta están numeradas del 1 al 6 y se colocarán en orden ascendente formando una pila al comienzo de cada ronda. En función del número de participantes de la partida se utilizarán unas u otras, pero siempre tantas como jugadores.

De esta forma, por ejemplo, si la carta de subasta visible indica un 3, significará que el lote estará formado por 3 cartas de mercancía.

Ahora los jugadores, por orden de turno, podrán jugar tantas cartas de su mano como quieran para pujar por dicho lote, utilizando el valor de dichas cartas como puja. Al comienzo de la partida, todos empiezan con cuatro cartas y una vez puje un jugador, el siguiente podrá pasar o pujar más alto. Una vez que todos los jugadores hayan pasado menos uno, este gana la puja y se lleva todas las cartas del lote a su mano excepto una, la que él quiera, y que dejará en la zona correspondiente del tablero. Además, cogerá la carta de subasta, que dejará delante suya para indicar que en esta ronda dicho jugador ya ha ganado un lote y por tanto, no tiene derecho a participar en las siguientes pujas de esta ronda.

Con respecto a las cartas con las que el jugador ha pujado para ganar el lote, se colocarán todas en el tablero.

Se volverá a sacar otro lote, ahora compuesto por tantas cartas de mercancía como indique la nueva carta de subasta visible y se repetirá el mismo procedimiento para pujar por él. De esta forma, todos los jugadores irán ganando lotes para su mano, irán dejando las cartas pujadas y una de las cartas del lote ganado en el tablero de mercancías y se llevarán la carta de subasta correspondiente. Cuando solo quede un jugador, solo habrá una carta en el mercado para pujar y no será necesario pujar porque dicho jugador es el único que podrá optar a ella. Justo en ese momento, termina la primera fase de la ronda y comienza la segunda.

En esta segunda fase, los jugadores por orden creciente de las cartas de subasta, es decir, comienza el jugador que tiene la carta de subasta número 1, deberán coger del tablero del mercado un bien a su elección, cogiendo todas las cartas de dicho bien y llevándoselas a la mano. Luego hará lo mismo el siguiente jugador con la carta más baja y así hasta que todos los jugadores han escogido uno de los bienes.

De hecho y gracias a este orden inverso, habrá ocasiones en las que los jugadores considerarán que será más beneficioso no participar en las pujas y ser el primero en robar del tablero de mercado de esta segunda fase para coger, sobre seguro, las cartas que él quiera y no depender tanto del azar de los lotes.

Ahora bien, ¿Qué hacemos con todas las cartas de la mano? Pues principalmente tienen dos funciones. La primera es que son las cartas que se utilizarán para las pujas de la siguiente ronda. Por tanto, cuantas más cartas y más valor tengan, más opciones tendremos para pujar y llevarnos el lote que más nos interesa en la siguiente ronda. La segunda función, y la más importante de cara a ganar la partida, es que, en cualquier momento, podremos vender tres cartas del mismo bien y obtener los beneficios que indique el valor numérico de la carta más alta del trío. Dicha carta, es la que el jugador se queda para sí, en su zona de juego, para representar el beneficio que ha obtenido con la venta y las otras dos se descartan del juego.

Por tanto, vemos como gracias a la interesante doble función de las cartas, los jugadores deberán gestionar su mano lo más inteligentemente posible para poder maximizar sus beneficios pero también poder seguir optando a mejores lotes en futuras rondas. Valorar el riesgo es algo que tiene especial relevancia en este juego porque no siempre vender todo lo que tienes en la mano es lo más recomendable, pero tampoco lo es desperdiciar los posibles beneficios que ya podrías tener.

Además, dos cosas muy importantes que interfieren en esta decisión y que aún no hemos comentado, son el límite de cartas y los mercaderes. Con respecto a la limitación de cartas es sencillo: el jugador solo puede tener 7 cartas en la mano. Por tanto, si tiene más está obligado a vender o, incluso, a descartarse de cartas hasta que no supere dicho límite.

Los mercadores, por el contrario, tienen varias cosas a tener en cuenta. Primero, son cartas muy valiosas porque se utilizan como comodines a la hora de vender las mercancías. En este sentido siempre son una ayuda cuando queremos descargar nuestra mano de cartas por la limitación o cuando tenemos un par de cartas de un bien y una de ellas tiene un valor muy alto pero no conseguimos la carta que forme el trío. El problema que tienen es que su valor es 0 y por tanto siempre será una de las cartas que se descarte en la venta. También, debido a que su valor es 0, son inútiles a la hora de pujar con ellas en un lote.

Pero la otra gran virtud que tienen es que si conseguimos juntar tres mercaderes sí que podemos venderlos y quedarnos con uno de ellos como beneficio. En este caso, dicho mercader valdrá 5 puntos que es la puntuación más alta que podemos conseguir por una carta vendida.

Todas estas premisas y reglas, que aunque sean muy sencillas de entender y aplicar, convierten a Byzanz en un juego de subastas con alguna capa de profundidad mayor de lo que podía aparentar en un principio. Cosa que agradecerán enormemente muchos de los jugadores al no quedarse en un juego demasiado sencillo.

Con respecto a la escalabilidad, el juego va de 3 a 6 jugadores, pero como todo juego de subastas suele ser más interesante jugarlo a cuantos más mejor. Es cierto que también lo hemos probado a 3 y 4 jugadores y funciona muy bien pero cuando más lo hemos disfrutado es con 5 y 6 personas. Al final, cuantos más jugadores, más tensión habrá por las pujas, más lucha habrá por las mercancías valiosas y más alocada será la carrera por ver quien va consiguiendo cuadrar mejor sus cartas y venderlas. De todas formas y gracias a los pequeños ajustes que se realizan en la preparación de la partida que dependen del número de jugadores, no es un juego descartable ni mucho menos cuando somos 3, simplemente son otras sensaciones donde sientes que controlas un poco más la partida ya que no  hay tanta lucha por las cartas.

La rejugabilidad es otro de los apartados por los que brilla el juego. Todo el azar que se produce con el reparto de las cartas y los diferentes lotes que salen a subasta cada turno y cada ronda, hacen que las estrategias de los jugadores tengan que ser diferentes en cada momento. Además, las partidas son rápidas y los turnos dinámicos, por tanto, todos los jugadores disfrutarán echando varias partidas seguidas.

En resumen, con Byzanz nos encontramos ante un juego de subastas muy interesante gracias a la doble función que desempeñan las cartas de mercancías y a la profundidad que tiene a la hora de hacer que los jugadores gestionen bien su mano y piensen con claridad las decisiones y estrategias que deben llevar a cabo. Un juego divertido, dinámico, con buena escalabilidad y una rejugabilidad casi infinita, hacen a Byzanz un juego que debe hacerse hueco en la estantería de los amantes de los juegos de subastas.

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